Una mujer se desarrolla entre los 10 y los 13 años. A esta edad vive la menarquia, esa que nos convierte en “mujeres” y que es el preludio de unos 30 a 40 años de edad fértil en el cual mes a mes el periodo hace su visita y nos recuerda que fue otro mes sin haber fecundado el ovulo.
A veces la llegada de nuestro querido periodo nos hace cambiar de humor, nos da cólicos fuertes, dolores de cabeza, escalofríos, y lo único que queremos es cariño y comprensión, pero esto no significa que como mujeres quedemos impedidas con la llegada del periodo, pues es solo un momento más de nuestra vida con el cual durante generaciones hemos aprendido a lidiar sin que interrumpa las actividades diarias que realizamos.
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El periodo no nos impide seguir siendo estudiantes, empleadas, emprendedoras, mamás, abuelas, o simplemente mujeres laboralmente activas en la sociedad, por lo tanto, proyecto como en Argentina, país que está estudiando la “licencia menstrual” hacen que los años que se llevan de lucha para normalizar el periodo se pierdan y solo se fomente aún más la discriminación por género, ya que ahora las mujeres mes a mes se verán como “enfermas” solo por tener el periodo.
El periodo es algo natural, ninguna mujer lo eligió y es algo con lo que hemos aprendido a convivir y hemos transmitido nuestras mejores técnicas para tratarlo a las nuevas generaciones, así que no tiene sentido que se discriminen a las mujeres mes a mes solo por ser mujeres y experimentar los cambios naturales que sufre el cuerpo femenino cada que cumple su ciclo de 28 días.
En vez de separar a las mujeres mensualmente por los síntomas premenstruales más bien las campañas y las legislaciones deberían enfocarse en poder garantizar que durante estos días las mujeres tengas acceso a todos los elementos de higiene femenina que se necesitan. Ir o no al colegio por el periodo, no es tan importante como que todas las niñas, jóvenes y mujeres puedan acceder a las toallas higiénicas, tampones y copas menstruales a precios moderados, ya que, si se hacen cálculos, una mujer gasta aproximadamente entre 3 y 6 millones de pesos durante toda su vida con ciclo menstrual, valor que incluso puede aumentar debido a problemas como el flujo abundante o los pólipos endometriales, factores que hacen que una mujer sangre más durante su ciclo.
No se trata de alejar a las mujeres de las actividades diarias, así sea un día, se trata de crear una sociedad en las cual toda mujer pueda ser libres de experimentar sus síntomas premenstruales sin ser juzgada por ello. El periodo no es una enfermedad, es un proceso natural que nos hace especiales y que nos permite, en la mayoría de casos, crear vida, hecho que nos hace únicas y con un papel que nunca se podrá suplir.
Como sociedad debemos impedir las “licencias menstruales” que terminan excluyendo a la mujer, sin antes aclarar que soy muy consciente de que hay mujeres que sufren de enfermedades que sí convierten al ciclo en un calvario, pero si ellas logran superar con facilidad, cualquiera podría, debido a que estas medidas no solucionan el problema de raíz, más bien se debe enfocar el esfuerzo en generar espacios en los cuales se pueda vivir tranquilamente el periodo sin el temor de ser discriminada por estar “en los días.”
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Freepik
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