Definitivamente no podemos dejar a un lado la premisa que define el anterior encabezado: “la mejor energía es la que no se pierde ni se derrocha”
Lo anterior significa que una de las mejores maneras de minimizar los efectos del cambio climático y hacer frente a este es realizar un consumo de energía racional, eficiente y coherente; todos los seres humanos debemos contribuir con esta importante misión.
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El gran desafío nos muestra que el cambio climático requiere de la disminución de los GEI (gases de efecto invernadero) esto por la utilización de combustibles fósiles para generar electricidad, en el transporte y la industria; en total aproximadamente aportan un 60% de los gases de efecto invernadero. Para reducir el empleo innecesario de energía existen dos alternativas importantes:
- Reducir el consumo de energía cambiando nuestros hábitos que permiten el derroche.
- Adoptar la eficiencia empleando menos energía para ejecutar la misma cantidad de trabajo.
Mejoras
Mejorar la eficiencia en el uso de energía tiene como consecuencia una mayor producción de energía útil neta, así mismo; disminuyen los impactos ambientales del uso de la energía ya que se utilizan menos recursos energéticos, dicho de la manera más simple: “se hace más con menos”.
Bastantes ejemplos podemos citar para demostrar la anterior afirmación como aumentar el aislamiento térmico de las viviendas y edificios, mantener al día los mantenimientos preventivos de los automóviles o cambiarlos por híbridos o mejorar los procesos industriales para evitar pérdidas energéticas como electricidad, temperatura o presión de algunas máquinas.
En los procesos industriales es donde más se podrían conseguir ahorros y lograr la cultura de la eficiencia energética y térmica, por ejemplo: los calentadores, los enfriadores de cascada, los ductos de transporte de aire, los compresores de tornillo, bombas centrifugas, motores eléctricos entre otras.
Una manera muy apropiada es utilizar la norma ISO 50001 esta proporciona directrices de gestión para mejorar la eficiencia energética de los equipos en los procesos industriales los cuales reducen consumos, costos e impulsa las BPM (buenas prácticas de manufactura) en la utilización y conservación de los anteriores equipos.
Por: Ing. Michael Dueñas
Instagram: @michaelenginner888
Imagen: El Economista
