Junto con la industria, el transporte tanto de carga como de pasajeros; son los sectores que se llevan aproximadamente la mitad del consumo de petróleo en el mundo y así mismo, la emisión de los GEI es directamente proporcional a la cantidad consumida.
Así pues, se presenta un gran reto con la eficiencia energética respecto al funcionamiento de los medios de transporte. Aquí, ante esta situación hay que tener muy en cuenta el avance tecnológico, la apropiación del conocimiento, el compromiso de querer cambiar y cuidar el medio ambiente respecto a cada país y región, para ser exactos Latinoamérica.
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Uno de los factores de eficiencia energética respecto a los combustibles es cambiar sus componentes químicos no solo para mejorar el funcionamiento de los motores, también para lograr menos emisiones de dióxido de carbono después del proceso de combustión; por otra parte, otra manera de hacerlo es priorizar la eficiencia en el transporte masivo y de carga, aquí intervienen muchos factores desde el punto de vista de la logística de transporte donde el principio “costo beneficio” entra a jugar un papel muy determinante.
Debemos tener en cuenta, que mientras no existan los avances tecnológicos suficientes y la voluntad social y política de cambiar los sistemas económicos y empresariales para minimizar el uso de combustibles fósiles; mientras lo anterior cambia, son los profesionales de la logística de transporte quienes deben enfocar la vocación de su profesión en poner el granito de arena en pro del cuidado del medio ambiente.
Energía
Por ejemplo; el transporte carga por tren o buque requiere de menos energía; para lo anterior, se requiere un desarrollo de vías fluviales (ríos) y volver a la vieja pero efectiva costumbre de utilizar el tren y sus vías férreas; como ven, también se requiere de inversiones estatales.
El aumento de sectores como el transporte por carretera es el que debemos analizar con más cuidado; por ejemplo, para los camiones y tracto mulas incentivar aún más la utilización de llantas reencauchadas, a diferencia de las nuevas, las reencauchadas requieren de un proceso industrial de elaboración más eficiente que una llanta nueva y eso se ve reflejado en la eficiencia tanto medio ambiental como el costo por kilómetro recorrido.
Por: Ing. Michael Dueñas
Instagram: @michaelenginner888
Imagen: El Economista