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Entre el acoso y la falsa acusación, hay poco trecho

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Acoso

Debido al día del reconocimiento de la mujer, el pasado 8 de marzo, salieron a flote nuevas acusaciones sobres hombres que se han sobrepasado con sus amigas, novias, parientes, etc. Acusaciones que son muy evidentes por las fotos, videos y declaraciones que se han tomado casi al instante gracias a la tecnología de hoy en día.

Pero como en todo momento, hay un, pero, ¿qué pasa con aquellos hombres que realmente son acusados falsamente? ¿Existe alguna ley que garantice la salvación del buen nombre? Y es que, según la ley, todos somos inocentes, hasta que se confirme lo contrario por la evidencia física, digital y presencial del momento.

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Aunque admiro el gran furor que ha causado el movimiento feminista en todo el mundo, sigue siendo una ideología altamente poderosa y peligrosa para los hombres. ¿Por qué? Porque el feminismo está promoviendo un modelo de derecho que castiga a los individuos por lo que son o porque conviene y no porque lo que hayan hecho sea contrario a la ley.

Las feministas se han dedicado en los defectos masculinos como condenas absolutas, y cualquier objeción a ello se considera un síntoma de complicidad. Si se hicieran acusaciones similares contra las mujeres, se tacharían de burda misoginia.

Cathy Young, escribió sobre esto para el diario El País hace 5 años y dijo en su columna que la obsesión con que los hombres se comportan mal más bien desvía la atención de problemas más importantes, como los cambios necesarios en el lugar de trabajo para facilitar el equilibrio entre la vida laboral y la personal. Aún más, los ataques a los hombres no sólo provocan la antipatía de muchos varones (y unas cuantas mujeres) sino que los empujan hacia subculturas en las que las reflexiones sobre el feminismo se mezclan con la hostilidad.

Aquí tomo el caso de un hombre joven de mi ciudad. El muchacho se reunió con varios amigos y amigas en un lugar acordado por ellos, pero lo que parecía una noche normal para personas jóvenes que disfrutaban el baile y el trago, se convirtió en una noche de orgias entre muchas personas, todas ellas conocidas. Según varios participantes, todos participaron sin objeción alguna.

El muchacho tuvo relaciones sexuales con varias mujeres y viceversa. El problema fue cuando apareció etiquetado por una fulana en Facebook, acusándolo de violación y maltrato. A lo que el joven acudió a testigos directos y ellos dejaron en claro que todo fue consensuado.

El problema esta en que, si todo fue consensuado, ¿por qué se debe acusar de violación, maltrato, entre otras cosas? Hoy en día, da miedo mirar a una mujer, simplemente por el hecho de que te acusen de haberlas tocado, violado y maltratado, desde la distancia.

Por: Samir Andrés Méndez Bonilla
Instagram: @Samir_mendez182
Imagen: El Boletín
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor

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