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#NiUnaMás

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#NiUnaMás

#NiUnaMás #NosQueremosVivas, entre otros movimientos han surgido en los últimos años como estandartes de la lucha contra la violencia de género y el feminicidio, sin embargo, estos movimientos a veces se quedan demasiado cortos en el verdadero trabajo que hay que hacer para defender a la mujer en esta sociedad.

En menos de un mes han salido a la luz casos de mujeres que son acosadas, ya sea por desconocidos, o ex parejas, e incluso amenazadas por no acceder a estar con ellos. Mujeres que tienen la vida en peligro por hombres criados como «machos» que no entienden que un NO es NO.

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Muchos dirán que es culpa de ellos, otros dirán que lo que deberían hacer, en vez de quejarse en redes sociales, es denunciar; el problema está en que a este Gobierno no le sirve la denuncia hasta que la mujer este muerta o muy cerca de estarlo.

Poner una denuncia por acoso es la tarea más tediosa y revictimizante que existe, y sí, lo digo porque tengo justos motivos que lo demuestran, no solo por quejarme. Resulta que no basta que uno deba cambiar de número, salir acompañada, e incluso, advertirle al mundo entero que no puede darle datos de uno a nadie porque la pueden poner en peligro para que una fiscal diga «si no hay amenaza de muerte no podemos hacer nada» ¿acaso que esperan, que uno se muera para que volteen a ver?

Así es la realidad de miles de mujeres que se acercan a las instituciones que están para «ayudarlas» y que infortunadamente, en varios casos, más de los que uno quisiera conocer, terminan muertas o al límite de estarlo por no haber recibido la atención debida al acoso que vivian.

Mujeres valientes son las que denuncian en redes porque las instituciones no sirven, y este acto también las víctimiza a ellas porque las obliga a también vivir el escarnio público de una sociedad en que la culpa es de ellas y jamás al contrario.

Denunciar en redes se ha vuelto la única opción que hay para que alguien se digne a mirar y poner atención a los miles de casos de acoso y esa es la razón por la que a diario vemos denuncias de mujeres cansadas de la negligencia del Estado deciden poner su voz en alto y así tratar de salvar sus vidas.

Muchos nos critican a las feministas que exijimos penas más duras a los feminicidas o castigos ejemplares a los acosadores, hasta nos tachan de exageradas, pero recuerden que esa mujer acosada puede ser su mamá, su hermana, su tia, su esposa, e incluso, su hija, y ahí entenderá que esto no es una lucha de nosotros sino de toda la sociedad.

No se trata de extremos, se trata de ser justos y de dejar de tener que recurrir al escarnio público para que alguien nos ponga atención como mujeres, sino que realmente nuestra palabra y nuestras pruebas sean suficientes para detener a alguien por acoso y no esperar hasta que nos maten para ahí sí decir que están para servirnos.

Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Freepik
*Las opiniones expresadas no representan la posición de la editorial Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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