Se anunció el regreso a las aulas de todas las instituciones educativas de Colombia sin excepción, obligando así, a que todos los docentes regresen a clase, y si no lo hacen, simplemente no les paga, de esa manera llegamos a la presencialidad educativa en los tiempos del Covid-19.
La presencialidad escolar era una necesidad que tenía Colombia desde hace muchos meses, pues la educación virtual está en deuda con el país, sin embargo, justo en este momento hacerlo es un riesgo demasiado grande. Los niños son niños y ellos no son exactamente los más estrictos con protocolos de bioseguridad porque simplemente quieren recuperar el tiempo que perdieron todos estos meses en casa.
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Los docentes, en cambio, solo quieren cuidarse de no contagiarse porque ellos son los que más riesgo corren en la ecuación, pero aunque muchos han logrado la vacunación de su primera dosis, hay otro gran número que ni siquiera han podido acercarse a recibirla.
Volver al colegio en este momento es una locura, a diario se registran más y más números de contagiados y se conocen cómo el virus está cobrando vidas sin importar condiciones sociales, por eso arriesgar la vida de niños y profesores simplemente porque el sistema demostró que no es capaz de brindarle educación a un país en donde todavía les queda grande llegar con agua potable a las poblaciones lejanas, mucho menos iban a llegar con Internet.
Volver al colegio es una necesidad para tener una generación con los mínimos básicos de conocimiento que el mal manejo dado por el Estado tratando de eliminar las brechas sociales en educación no fueron capaces de lograr en un año y medio, sin embargo, la deuda es gigante con los docentes y los niños, se han sacrificado en todas las formas habidas y por haber en todo este tiempo de pandemia.
Les debemos dar antes las gracias por intentar volver a clases, incluso, contra su voluntad, pues el que diga que los docentes y los estudiantes son vagos y por eso tienen que volver realmente vive desconectado de la realidad, pues ellos vuelven porque el sistema fue incapaz de brindales las condiciones mínimas para que sí pudieran proteger su vida mientras aprendían.
Ahora solo queda esperar que este regreso se dé de la mejor forma posible, sin problemas, y sobre todo, desde el respeto. Respetemos a los docentes que van a ir y a los que quieren quedarse pues volver a la presencialidad en tiempos de Covid-19 puede llegar a ser una muerte anunciada si no se hace bien.
Los niños volverán al colegio y se pondrán al día de todo lo que perdieron, los docentes volverán por amor a lo que hacen, y esperemos todos los cuidados den resultados, pero estos no solo depende de ellos sino de todos nosotros, pues desde casa, tanto docentes como estudiantes y sus familias deben cuidarse aún más para evitar la propagación del Covid-19, y nosotros como ciudadanos debemos protegernos para evitar que la ocupación y los contagiados aumenten para así evitar ejercer más presión al sistema de salud que con este retorno estará al límite para lograr atender a todos en caso de que sea necesario.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Colprensa
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