Cada ocho de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, esta fecha se instauró para conmemorar la lucha de las mujeres que buscaron la emancipación femenina en la sociedad, y gracias a sus esfuerzos lograron que los derechos de las mujeres fueran reconocidos mundialmente; también es muy común conmemorar en esta fecha la muerte de las 123 trabajadoras en una fábrica de Nueva York, a causa de un incendio del cual no pudieron escapar debido a que fueron encerradas. Hay miles de historias que llevan a la celebración de esta fecha en marzo; y es muy común que durante la celebración de este día las mujeres reciban flores, chocolates, sean especialmente atendidas, y demás; y no estoy diciendo que no sean lindos estos detalles, ni tampoco que atenten contra la lucha femenina; pero la verdad es que más allá de felicitar a nuestras mamás, hermanas, tías, abuelas, primas, amigas, novias; debemos es analizar la realidad actual de las mujeres, en una sociedad que se jacta en decir que se les respeta y trabaja fuertemente para protegerlas y ayudarlas, pero los resultados son totalmente diferentes.
Todos los años los países lanzan campañas sobre el cuidado y respeto hacia la mujer; es normal ver comerciales que invitan a las mujeres a denunciar el acoso y maltrato al que son sometidas, también comerciales que hablan sobre la salud reproductiva de las mujeres, reforzando la idea de que somos las mujeres quienes decidimos sobre nuestro cuerpo y nadie más; pero aunque muchos crean que eso es un avance y es mejor eso a nada, la realidad es que ninguna de esas campañas ha funcionado, pues solo en violencia sexual las cifras son extremadamente alarmantes. La Unicef informó que 13 millones de jóvenes entre los 15 y 19 años han sido violadas a lo largo de su vida, en promedio, 1 de cada 20, en este rango de edad; y para no ir tan lejos, solo en Colombia, 85.5% de las víctimas de violencia sexual durante el 2018 fueron mujeres. Y de este número, el 92.2% fueron agredidas sexualmente en el marco del conflicto armado, y un 86% fueron menores de edad, y la edad promedio de estas mujeres es de 10 y 14 años.
Los datos en Colombia demuestran que, en el 2018, cada 28 minutos se presentó un abuso sexual contra una mujer, y se esperaría que en 2019 los esfuerzos ayudaran a reducir este número, pero la verdad, en el primer trimestre del 2019, los hechos de abuso sexual pasaban cada media hora. Y ni hablar de los feminicidios, o de la brecha salarial, no solo en Colombia, sino en el mundo, pues estas cifras alertan aún más sobre los peligros que se corre solo por el hecho de ser mujeres.
Ser mujer es un acto hermoso, uno es capaz de dar vida, de hacer transformaciones maravillosas, de ser el cimiento de una familia, y enseñarle a las personas sobre el amor incondicional; pero aunque podamos hacer todo esto como mujeres, y mucho más, la realidad es que para nosotras hasta salir a la calle se convierte en una actividad peligrosa. No podemos seguir viviendo en una sociedad en la que le dice a las mujeres “no salga a la calle tan tarde porque van y le hacen algo”, ni muchos menos en una sociedad, en que las mujeres debemos vivir con desigualdad a causa de nuestro género. La sociedad debe cambiar el discurso, y dejar de enseñarle a la mujer a cuidarse, y más bien reforzar en los hombres las conductas de respeto hacían nosotras, dejar de repetirle a los hombres que “cuando una mujer dice no, es sí” porque no es cierto, no es no en cualquier contexto y punto. También como sociedad debemos enseñarles, tanto a hombres como a mujeres, que las relaciones deben basarse en el respeto, y no seguir normalizando la toxicidad al decir “me cela porque me quiere”.
Hay mujeres que han logrado abrirnos un camino enorme en el mundo, como la CEO de YouTube, Susan Wojcicki, quien aportó su talento e ideas para la creación de varios proyectos para Google y YouTube, o Margaret Hamilton, la responsable de los números que permitieron al hombre pisar la luna, o Ada Lovelace quien detectó en sus fórmulas lo que podría considerarse el primer “bug” de la informática, y con ellas, la historia de más mujeres, como Marie Curie, Frida Khalo, Policarpa Salavarrieta, Edith Piaf, Tatiana Calderón, entre otras. Ellas han luchado por destruir los estereotipos sobre las mujeres, y por evitar ser una estadística más de desigualdad en el mundo, y como mujeres debemos procurar ser como ellas, es decir, luchar sin importar que nos digan, y no tener miedo de salir y mostrarle al mundo lo que somos y lo que podemos hacer. Debemos dejar de hacer caso a los papeles impuestos socialmente para nosotras, pues como dice Barbie “sé lo que quieras ser”.
Ser mamá, empresaria, chef, ama de casa, o incluso trabajadora sexual; no debería ser un problema, porque sin importar qué se decida ser en la vida, nosotras tenemos el derecho a la igualdad social, a ser respetadas, y a no ser una cifra más de violencia y falta de oportunidades. En esta sociedad es difícil ser mujer, no importa el país en que se nazca, pero todas tenemos una guerrera interna que nos impulsa a salir adelante, y nos hace perder el miedo de salir a la calle. Hoy es el día de la mujer, y es el día perfecto para recordarnos el empoderamiento femenino, para conmemorar a todas esas mujeres que hicieron y hacen historia, y para creernos capaces de conquistar al mundo. Hoy podemos recibir chocolates, flores, mensajes, y demás; pero lo más importante que podemos recibir hoy, solo nosotras podemos dárnoslo, y es amor propio y fuerza interior, para seguir creciendo y cambiando a este mundo, que, nos conmemora año a año, pero no ha logrado hacer que ser mujer no sea un problema.
Por: Paula Porto
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Pixabay
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