El primer ministro Boris Johnson metió la pata y ahora está siendo juzgado por los medios y la opinión pública después de conocerse mediante la filtración de un correo que desde su gobierno se organizo y se promovió una fiesta con un gran número de participantes donde se bebió alcohol mientras el resto del país estaba en cuarentena.
En el mencionado correo expuesto por la televisión británica un empleado del gobierno convoco a una reunión en el jardín 10 de Downing street en mayo de 2020, ante lo expuesto por el medio el primer ministro no le quedo de otra si no que aceptar que estuvo de rumba. En la fiesta estuvieron más de 30 personas, no fueron más porque algunos funcionarios sintieron que se trataba de un acto de irresponsabilidad. Durante una sesión en el parlamento, Boris Johnson admitió el hecho.
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En todo caso el primer ministro de Inglaterra no la tiene fácil, existen tres escenarios a los que se enfrentará el mandatario en los próximos meses: voto de censura, presión informal o renuncia.
Para que un voto de censura contra el primer ministro progrese es necesario que el 15% de los parlamentarios conservadores apoyen el voto de censura cosa que es algo complicada. Si el voto de censura no progresa no se podría volver a activar este mecanismo si no hasta dentro de un año. Otro escenario es la presión formal que consiste en una reunión del partido conservador para convencer a Johnson que se retire y por ultimo esta la renuncia.
La popularidad del primer ministro está a la baja y ha perdido el apoyo de la gente en las calles y en el partido conservador esperan poder salir de esta crisis lo más pronto posible porque la posibilidad de que el público olvide el engaño y pase la pagina luego del incidente es poco probable .
Con información de: El Espectador
Por: Holmes Vargas
Instagram: @hernan_vargasdussan
Imagen: El Espectador