Al inicio de este año se establecieron los factores que serían de importancia para regresar al trabajo, escuela y vida presencial y las personas en Colombia lo han tomado, por un lado, positivo, ya que se cuenta con la oportunidad de volver a la vida “normal” que se anhelaba desde hace mas de un año y medio; pero de igual manera muchos lo tomaron como una desventaja, ya que la virtualidad les era factible para realizar otras actividades que no les era posible anteriormente. Y es complicado cuando la amenaza que encerró a la gente en un principio no ha terminado.
Las primeras semanas de enero se evidencio en las noticias y en los diferentes medios de comunicación como las camas de UCI de los hospitales comenzaron a colapsar y el servicio de salud no daba abasto con tantos enfermos, no solo por Covid-19 y sus diferentes variantes, sino también por enfermedades generales, por lo que el retorno a la presencialidad muchos no lo vieron como algo positivo y naturalmente se preocuparon más por la integridad y la salud de sí mismos y de sus familiares.
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“A todos nos dio Coronavirus en enero” han sido las conversaciones diarias de las personas y al parecer no es erróneo afirmar que este primer mes que ya pasó, la mayoría de las personas tuvimos un familiar o conocido enfermo, o incluso nosotros mismos.
Y es que se debe tener en cuenta que el regreso a la normalidad que muchos tanto extrañábamos tiene sus consecuencias y precauciones, por ejemplo, se sigue exigiendo el uso de tapabocas en los establecimientos, las dosis completas de vacunas y los protocolos de seguridad que desde el principio de la pandemia venimos llevando a cabo para así mismo tener seguridad en nosotros mismos y cuidar a los demás; esto se trata de una acción colectiva que permita continuar con las tareas y labores normales y al mismo tiempo podamos tener la seguridad de que estamos a salvo.
Se entiende también que la preocupación de especialmente los padres de familia con que sus hijos vuelvan a las instituciones académicas son de la responsabilidad que le falta a muchos niños y jóvenes con respecto a los protocolos de seguridad, pero así mismo se busca un trabajo en conjunto entre los estudiantes, sus padres y los establecimientos educativos para que todo este en mejor orden porque también se ha evidenciado la falta que les hace a los estudiantes volver al salón de clases y lo complejo que ha sido para muchos el tema de virtualidad ya sea por falta de herramientas o por determinado factor.
El pasado 24 de enero volvieron la mayoría de los estudiantes a clases presenciales, entre colegiales y universitarios y las oficinas empezaron a trabajar desde la presencialidad, también a quienes les conviene más el trabajo desde casa según el visto bueno de la empresa para la que laboran, lo seguirán haciendo sin problema alguno y así se esperará encontrar el camino a la normalidad que se esperaba hace meses.
Por: Laura Riatiga
Instagram: @camilariatiga
Imagen: Ministerio de Educación Nacional
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