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“Arroz con leche, me quiero casar…”

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Arroz con leche es una de las primeras canciones que se enseñan a los niños, y aunque parece inocente, realmente está dándoles algunas ideas de “roles de género” que ya están mandados a recoger.

“Arroz con leche me quiero casar con una señorita de la capital, que sepa coser que sepa bordar (…)” es la letra de esta icónica ronda infantil que durante generaciones hemos estado entonando sin pensar en el imaginario que les trasmitimos a los niños. Sin embargo, como cada generación cambia, hace poco se hizo viral en redes sociales una nueva versión de arroz con leche, en la cual ya no se busca una señorita que sepa coser y bordar; sino a una compañera que sepa soñar, que crea en sí misma y salga a luchar.

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Cuando uno ve a niños cantando esta nueva versión se pone a analizar qué ideas tan arraigadas tenemos de roles de género y de cómo debemos buscar a la pareja ideal, y es hasta cuando hacemos conciencia de esto que nos damos cuenta que, en la mayoría de ocasiones, lo que buscamos en una pareja no corresponde realmente a un compañero o compañera de vida sino a otra cosa.

Teniendo en cuenta que hace pocos días se conmemoró el Día de la Mujer, me puse a pensar en los roles de género impuestas para una relación, ¿cuál es el papel que tenemos en ellas? Somos pareja, mamás o personal de aseo general del hogar.

Muchos dirán que podemos ser todas, pero es que la cuestión va más allá. Por ejemplo, con la canción de arroz con leche se le enseña a un niño que la mujer ideal es la que sabe coser, esa es la que es buena esposa, y entonces qué pasa con aquella que nunca encontró el amor al arte de coser; lo mismo sucede con el hecho de saber cocinar, planchar, lavar, entre otras; que, aunque son actividades que deberían hacerse sin importar el género, son decisivas para elegir una mujer, mientras que, en el caso del hombre, pueden pasarse por alto.

Hace poco escuché como un hombre le decía a un amigo que elegía a una mujer sobre otra porque ella sí iba a ser capaz de tenerle la ropa lavada y la comida caliente cuando llegue al hogar, es que acaso ella es una persona al servicio 24/7 de él para que a diario se vea en la obligación de cocinarle, porque según el señor esa es la manera correcta de mostrar amor.

Las mujeres por generaciones nos hemos visto encasilladas en actividades que no nos tienen porqué corresponder al 100%, el cocinar para el hogar, el mantenerlo limpio, lavar la ropa, y demás; se nos enseña que para ser buenas “esposas” tenemos que “saber coser, saber bordar…” cuando hace años pasamos la página.

Luego de un siglo de conmemoración del Día Internacional de la Mujer ya es hora de romper con esas ideas de que la mujer perfecta debe ser sumisa, saber hacerse cargo del hogar y siempre estar bien comportada, y pasar a entender que la mujer perfecta depende del sueño de vida de cada hombre, pues aquel que sueña con un hogar con diez hijos no podrá considerar como pareja ideal a aquella mujer que quiere es ser empresaria y no traer hijos al mundo, y no por eso ella está mal y vale menos socialmente.

Cada mujer decide qué y cómo quiere vivir la vida, cada una es libre de decidir sobre su cuerpo y sobre el futuro que quiere tener para sí misma, está bien si quieres ser mamá, está bien si quieres ser empresaria, está bien si quieres ser ambas, o si no quieres ser ninguna ¡Está bien ser tú!

Que de ahora en adelante la canción de arroz con leche nos enseñe como sociedad que la mujer perfecta es la que creen en sí misma, independientemente de las actividades que decida cumplir dentro de la relación, pues al final del día hay que recordar que una pareja es un ser con quién compartir la vida y no alguien que nos tiene que atender como si fuéramos lo único importante en su mundo.

La canción de arroz con leche se transformó y es hora que como sociedad hagamos lo mismo, para que los niños que serán el futuro de este mundo entiendan que o deben encerrarse en una idea de cómo deben ser, sino que el rasgo más importante para la vida es que sean ellos mismos sin roles impuestos.

Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Pexels
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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