Una muerte, una perdida de algún ser querido es algo que es inesperado, ya que uno nunca esta preparado para ese momento de perdida.
Para nadie es un secreto que no estamos preparados cuando se nos muere o perdemos a alguien, ya sean nuestros padres, hijos, abuelos, tíos, sobrinos, primos, amigos o cualquier o ser humano o pariente cercano.
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A la fecha, nadie nos ha dicho en que fecha vamos a morir o de como va a suceder, pero si de cuando vamos a nacer. ya que en el momento que va a nacer el bebé por lo general el doctor le indica a la paciente gestante la fecha aproximada en la que el bebé va a nacer.
No es fácil sobrellevar el fallecimiento de una muerte y más cuando es de un ser querido, un ser con el que compartiste ya sea desde tú niñez, o en un tiempo determinado, con el que viviste los buenos y malos momentos.
Y es que desde el momento en el que la persona se entera de que un familiar o persona cercana fallece, ya sea por su salud, accidente o cualquier otro motivo, la vida cambia. Como vivencia propia, uno no duerme esa noche en el que se entera, se le vienen los recuerdos, ya sean buenos o malos, empieza a recordar su voz, y se empieza a extrañar.
El dolor no es fácil y cada quien maneja su dolor diferente, porque ya sea que compartimos poco tiempo con la persona, o con la que compartimos mucho tiempo, ya sea que hayamos perdido a un hermano o hermana, un tío o tía, un hijo, o una hija, un sobrino o una sobrina, un abuelo o una abuela, un padre o una madre, siempre el dolor va a estar allí, de la manera que sea.
Para todos y todas, una muerte es algo inesperado, algo que para la fecha no se esta preparado, pero que de alguna manera y algún momento tenemos que vivir. De corazón mucha fortaleza para las personas que han perdido a un ser querido y a las personas que tendrán que enfrentar este momento tan doloroso.
Por: Daniel Felipe Carrillo
Instagram: @felipecarrilloh1
Imagen: Cuerpemente
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