La hematología benigna, es aquella parte de la medicina, encargada de estudiar patologías benignas que no son asociadas al tema cancerígeno, como la aplasia medular, la trombocitopenia inmune o la hemofilia, tratando diversas enfermedades del tejido hematopoyético, que es el encargado de formar o generar las nuevas células sanguíneas.
El doctor Agustín Contreras, oncólogo pediatra y presidente de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología Pediátrica, ACHOP, señala que el diagnóstico de las enfermedades hematológicas, cubre una amplia gama de las mismas, y como en toda rama de la medicina, lo primero que se debe hacer es revisar y adecuar cada historia clínica, para después realizar un examen físico idóneo y unos exámenes de laboratorio específicos de acuerdo a cada patología para así poder tener un diagnóstico claro y preciso.
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Tras tener claro que enfermedad hematológica tiene cada paciente, se continúa con un tratamiento específico, este se puede iniciar con medicamentos, pero teniendo siempre presente cuál es la enfermedad que presenta y así poder saber cuál es el que le ayuda más a la persona, por esto es tan importante el diagnóstico previo que se realiza, para determinar con qué tratamiento se va a proseguir.
Causas de las enfermedades de la sangre
Las causas de las enfermedades hematológicas dependen mucho de cuál sea específicamente el tipo que se esté tratando; sin embargo, en algunos casos estas pueden producirse o adquirirse por factores infecciosos, ambientales, también pueden ser hereditarias o congénitas, carencias alimentarias, autoinmunes o derivadas de tratamientos secundarios, es por esto que de acuerdo a la patología se puede determinar si esta fue adquirida o congénita.
El doctor Contreras también explica que, si la enfermedad es dada por genética, puede haber antecedentes familiares, o los padres pueden ser portadores y los pacientes por esto padecen la misma, un ejemplo de esto, es la hemofilia, que es un trastorno de la coagulación, donde el factor VIII o factor IX de la misma, presenta una disminución, aquí la madre normalmente es la portadora y el paciente en este caso un niño varón, es quien llega a padecer la enfermedad.
Por ello en muchos de estos casos los padres son los portadores de la enfermedad, pero no la manifiestan, y los hijos son los que realmente llegan a padecerla.
Desde ACHOP, la invitación en estos casos es asistir a diferentes chequeos con los médicos especialistas en hematología y oncología pediátrica, para así en algunos casos lograr prevenir o controlar la enfermedad desde un momento temprano y no esperar a que ya esté más avanzada y no se obtenga un desenlace favorable.
Comunicado e imagen: Marte Comunica