Entre el millón de cosas que de un lado u otro se han estado haciendo para rematar con éxito la carrera electoral, lo último es apelar al sacrilegio o la satanización de la carrera periodística de algunas mujeres pertenecientes al medio.
Las manifestaciones expresadas por los candidatos de turno en esta elección presidencial dejan mucho que desear del tratamiento que históricamente se nos ha venido dando a las mujeres, no solo del medio comunicacional, sino en cualquier carrera o posición de poder que podamos ostentar. Así como tampoco se puede tolerar la falta de respeto a la religiosidad de los creyentes católicos al asumir que la Virgen María tiene una legión de put…
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Estas conductas misóginas, lo que hacen es alertar a la población femenina del país entero sobre el futuro panorama que le espera al ejercicio igualitario de nuestras libertades profesionales en Colombia de triunfar cualquiera de las dos opciones.
La lucha por los derechos de las féminas que desde que inició la campaña han querido hacer visible, se vino abajo desde que se evidencian tratamientos sesgados en contra de periodistas que ejercen dignamente sus labores en medios de comunicación del país, así como también dilapidan la libertad de cultos al observarse comentarios irrespetuosos y machistas frente a la figura que representa la Virgen María, es que se cuenta y no se cree, por donde quiera se nos tacha de aprovechadas y prostitutas, y la verdad es que no se está teniendo consideración de los años de estudio y experiencia de quienes llevan la información a nuestros hogares con el mismo aplomo y gallardía que cualquier varón, y mucho menos se valora la significación religiosa de la que para los católicos es la madre de Dios.
Es difícil imaginar tan siquiera un pedacito de país gobernado por quienes denigran de nuestro género y desmeritan el esfuerzo femenino en salir adelante y es que todas desde las que limpian hasta las mismísimas científicas, representamos esa parte de la historia mundial que se niega a permanecer en la oscuridad de las cavernas que mantenían a la mujer bajo cuatro paredes, atendiendo al marido y los hijos, cuando ha quedado perfectamente demostrado que podemos llevar las riendas del mundo y que hasta la NASA hemos llegado.
Resulta extremadamente indignante tener que exigir unas disculpas por algo que ya se dijo, y que quedó en el imaginario colectivo como demostración fehaciente de sentimientos que, aunque por conveniencia se vean retractados, todos sabemos que siguen ahí. Dios bendiga a las mujeres de este país.
Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Cortesía de Erika Baute
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