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«Era mi última moneda…»

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moneda
Imagen de: Game8

En el mundo de los negocios, el precio del dinero cambia, y son otros factores que a menudo consideramos de poco valor, lo más valioso.

Mucho se puede aprender de las enseñanzas de aquellos quienes a lo largo de su vida, han sabido rescatar el valor de las cosas más importantes de la vida, y permitir que sea el dinero un «instrumento» de canje de aquellas cosas que en realidad valoramos más.

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Para hacerlo más simple, hablaremos de un viaje entre dos islas, o dos puntos: A y B (si, creatividad al extremo), y buscaremos las 4 maneras de hacer ese viaje y las compararemos.

Tenemos el viaje en carro, en autobús, en tren, y en avión. Podemos ver que los costos son distintos para cada medio pero, ¿Por qué son distintos?, si es la misma ruta: Pues porque estás pagando por cosas que quieres que otros hagan o no hagan por ti.

En tu propio carro manejas tu, tu escoges la música, a qué velocidad ir y te encargas de estar pendiente de la vía y del carro, cuando te subes al autobús, es otro quien maneja, ya es una labor menos, tienes más tiempo libre para hablar por teléfono, mirar por la ventana, y dormir si puedes, pero va a su propio ritmo, y dependiendo de la longitud del viaje puede llegar a ser más lento pero es otro quien te lleva.

Al tomar el tren, ya subes a un nivel de mayor velocidad, mayor atención y pasas por tanto menos tiempo recorriendo las distancias, menos cansancio y puedes incluso trabajar en tus propios proyectos a medida que avanzas en el viaje, pero estás pagando por esas ventajas. Al subirte en el avión ese viaje se vuelve más corto aún, pero es más costoso.

Y es que con el tiempo que te puede tomar hacer un viaje en bus, y el tiempo libre que te permite un avión hacer el mismo recorrido, puedes conocer el verdadero precio de tu tiempo, el precio de estar cerrando una negociación, atender un compromiso, refinar ideas para un proyecto.

En los negocios el dinero es una recompensa, por una apuesta en la que hasta la última moneda se pone sobre la mesa, y es esa moneda, la última, la que te dice cuánto de verdad vale tu esfuerzo, tu tiempo, tu conocimiento, la virtud de tener una visión y hacerla realidad.

Sólo quienes administran su tiempo, realizan inversiones de desarrollo personal en pro de ser mejores, aciertan en sus decisiones y no prosiguen con disciplina, sobresalen del resto.

No se enseña esto en una escuela común, porque el tiempo del profesor son sus alumnos, pero en la vida, los buenos negocios son los que enseñan lo que es verdaderamente importante…

Tu moneda de cambio es tu tiempo, ¿Lo vas a desperdiciar?

Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Game8
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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