A propósito del escalofriante crimen de un joven de tan solo 15 años en Transmilenio, quedó nuevamente en evidencia la necesidad de afrontar el problema de intransigencia que impera a bordo de los articulados bogotanos.
Como es del conocimiento público, en días pasados durante un viaje común al interior del sistema de Transmilenio, ocurrió un hecho definitivamente reprochable y por demás preocupante tras un episodio de intolerancia ante algo que por tema de aglomeración sucede a diario al interior de los vagones, que no es otra cosa que un pisotón, y que a la final es casi que una situación de responsabilidad colectiva pues para nadie es un secreto que muchas veces, no entramos a los vagones, la ‘turba’ lo hace por nosotros.
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Posteriormente a lo narrado el joven que sin querer pisó a este hombre, habría con este hecho firmado su sentencia de muerte ante este villano de la cotidianidad que pretendió humillar a su futura víctima requiriendo que éste se arrodillara a pedir perdón por el incidente, algo definitivamente digno de un intransigente y violento, ante la negativa de Juan Esteban (víctima) a someterse a este requerimiento su respuesta selló el triste desenlace de la macabra escena que en segundos presenciarían todos los usuarios, Gustavo Adolfo alias ‘El Costeño’ de quien al principio se regó la voz por su acento de que era venezolano, y acabó siendo oriundo de Montería (dato importante para no prejuzgar por lo que parece y no estamos seguros que es) le asestó una certera puñalada en el corazón ante la mirada impotente de los presentes, terminando para siempre la travesía en este mundo del infortunado jovencito, que viajaba en compañía de su novio.
Cabe destacar que según versiones extraoficiales los ‘amigotes’ del señalado asesino contribuyeron al horror imperante en el funesto momento hiriendo de gravedad al compañero sentimental de Juan E. en la cabeza, ¡horror y más horror!.
A estas alturas de la historia contada llevamos varias palabras claves para convertirlas en lecciones de vida y de ellas aprender y emprender procesos que tiendan a mejorar la calidad de vida de todos, y que deben ser puestas en marcha tanto por la institución de Transmilenio como por el Gobierno y el componente ciudadano es decir usted y yo señores. La primera palabra es EMPATÍA, dejemos de mirarnos como la tapa del frasco, pues la primera no tendría función alguna sin el segundo, seguimos con el RESPETO POR EL PRÓJIMO, por el espacio personal de quienes usamos el sistema, por la vida propia y la de nuestros semejantes, por la institución que presta un servicio vital para todos y por las autoridades, ORDEN pues definitivamente si observáramos una conducta ordenada y respetuosa al abordar las unidades, seguramente hechos como este dejarían de ocurrir y finalmente EDUCACIÓN EMOCIONAL Y CIUDADANA que tanta falta nos hacen para aprender a controlar los momentos de ira o rabia ocasionados por nuestras propias preocupaciones o por cuenta de terceros, créanme miles de vidas se salvarían si tomamos consciencia de esta situación que los gobiernos del mundo han dejado que se convierta en una bola de nieve que poco a poco se ha ido agigantando y amenaza con seguir ocasionando tragedias como la que hoy enluta a la familia de Juan Esteban. Dios bendiga la salud emocional de los ciudadanos de Colombia y del mundo.
Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: RCN Radio
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