En el ámbito de las relaciones personales tenemos siempre los límites y normativas que cada ocasión amerita, y nada más admirable para mantener el orden, que las normas.
En el entorno laboral son varias las normas apreciables que destacan sobre las demás, tanto por la relación de jerarquía, la de respeto, la de asociación, y la de amistad entre compañeros de trabajo.
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En una empresa, como en cualquier otro sitio, se puede llegar a ver todo tipo de relaciones interpersonales sin importar el ámbito al que se dedique la misma: hay relaciones de cooperación, relaciones de apoyo, relaciones de confianza que permiten el abierto desarrollo de las actividades tanto dentro como con las demás personas que laboran en otras compañías; en contraste, también están las relaciones tóxicas, las de acoso y abuso tanto laboral como de índole sexual, psicológico, verbal, y las relaciones más irrespetuosas que impiden que se pueda desarrollar un buen clima laboral, y por ende, merme la capacidad de las personas de explotar todo su potencial.
Pero, también pasa que, en un clima tan competente, hay quienes terminan buscando más que un ascenso jerárquico laboral, dos personas se asocian primero, y se conocen más a fondo, y empiezan a salir… Muchas cosas inesperadas terminan sucediendo, nacen relaciones amorosas, nacen matrimonios, o simplemente forjan una amistad inquebrantable a lo largo de los años, el cual, aunque las circunstancias pongan a prueba su fortaleza, en la mayoría de las ocasiones puede salir adelante.
Lo ético manda que en el trabajo sólo se hable de trabajo, profesional y educadamente, sin inmiscuir los temas personales, de familia, y demás que no correspondan al desarrollo de los deberes cotidianos, lo correcto, es establecer la mayor cantidad de relaciones interpersonales dentro del lugar de trabajo, a fin de obtener la más sana convivencia y el reconocimiento por parte de todos los que te rodean, aunque lo real, no siempre de adapta a lo que el deber ser indica: Conspiración entre colegas, ineficiencias coercitivas, jefes mandones y dictatoriales, escasa estructura organizacional, irrespeto a la cadena de mando, y así sucesivamente…
No se trata de perseguir el perfecto clima laboral, porque no somos perfectos, se trata de hacer lo correcto en vez de hacer lo que creemos conveniente, o necesario; cuando el trabajo se vuelve parte de la vida de uno, se debe respetar, dadas las consecuencias que esto puede traer…
Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Efraín Mendicuti
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