El universo es enorme, gigante, llega a una escala que simplemente no podemos imaginar…
Colosal en todos los sentidos, y fascinante a la hora de estudiar los detalles que ocultan sus tan rutinarias formas de crear estrellas, sistemas estelares, constelaciones, cúmulos, galaxias, grupos de galaxias y más…
Y también de destruirlas… Sabemos de la rutinaria muerte de estrellas que se transforman en grandiosos agujeros negros, estrellas gigantes que colapsan absorbiendo todo lo que hay a su paso, o grandes anomalías que llegan al extremo físico de desatar las más impresionantes, y destructivas explosiones que el universo puede concebir: una supernova.
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Es tan destructiva, que podemos estar seguros de algo: Si detona a una distancia como la de Alpha Centauri, lo más probable es que como especie desaparezcamos sin poder evitarlo. Todas aquellas historias por las que luchamos, todos esos deseos, obras, historia, logros, todo, desaparecería… En cuestion de años todo se reduciría a la nada.
Y ya hemos experimentado golpes masivos de extinción a escala planetaria, y una de ellas fue una supernova la causa principal detonante de dicha tragedia.
Materia es creada, transformada, pulverizada, compactada y destruida en un constante e imparable intercambio de energía, ¿Vale la pena tanta guerra y tanto sufrimiento en el mundo? Somos ínfimos, despreciables y para nada importantes para el universo, lo que me obliga a plantear lo siguiente: Si tuvieras el poder de ayudar a que la vida en este mundo sea más placentera, ¿Lo harías?
Cómo humanidad hemos hecho cosas maravillosas, de horribles y vergonzosas también, y depende de nosotros reflexionar si podemos madurar como especies, o perecer por mano propia de nuestras locuras …
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: RTVE
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