Luego de un acuerdo entre el Gobierno, los empresarios y las centrales obreras, se determinó que el incrementó al sueldo de los trabajadores colombianos será del 16%.
En días recientes el ciudadano presidente de la República Dr. Gustavo Petro Urrego, dio a conocer a través de sus canales informativos, que tras un acuerdo alcanzado entre centrales obreras y por supuesto los empresarios, el salario mínimo nacional pasará de un millón de pesos colombianos a un millón ciento sesenta y dos mil pesos, un poco más de 240 dólares americanos.
Le puede interesar: «Cuando desconectarse de la rutina es tu mejor terapia»
Y como era de esperarse muchos actores de diferentes sectores productivos del país, pegaron el grito al cielo porque los aumentos salariales siempre presuponen un alza desmedida en los productos pertenecientes a la canasta básica, y afectan directamente a las clases más vulnerables.
A pesar de todas estas corrientes de opinión, miembros del gobierno nacional han salido al paso a defender este aumento, argumentando que tratarán de blindar ciertos servicios y bienes a través de una regulación presidencial y tratar así de evitar una explosión de precios que va obviamente en detrimento de las clases más vulnerables del territorio nacional.
Es así como la ciudadana ministra del Trabajo Gloria Ramírez, indicó que el Gobierno expediría un decreto a través del cual, al menos 50 productos, bienes y servicios, no subirían de precio tras el aumento del salario mínimo, para así evitar que esta situación afecte el bolsillo de los colombianos.
Hasta aquí todo pareciera encuadrar, pues podríamos hablar de una acción obviamente necesaria para apoyar al sector laboral del país, acompañada de una serie de medidas que felizmente están llamadas a contener la reacción empresarial e institucional ante dichos aumentos. Pero para nadie es un secreto que definitivamente no es del todo recomendable dejar todo el peso del sector económico nacional a la buena voluntad del empresariado. Asimismo, y esto usted puede corroborarlo en las calles y buses de este país, la gente se queja de que esta cifra resulta irrisoria ante un alza que se viene implementando desde antes de que saliéramos a las calles tras la pandemia, por lo cual muchos trabajadores formales están prefiriendo pasar a engrosar las ya abultadas cifras de emprendedores o trabajadores informales, pues es la única forma de garantizar el cubrimiento de los gastos del hogar y personales, lo cual afecta de manera considerable la capacidad productiva nacional.
Ante lo expuesto siempre abogaremos por el delicioso punto medio de las cosas, se hace imperativo que desde el Congreso y en conjunto con el Gobierno Nacional trabajen en la creación de leyes y proyectos que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos y que permitan a los diferentes sectores que hacen parte de la cadena productiva nacional, desarrollarse de manera sana y cónsona con el crecimiento de una Colombia que nos necesita a todos. Dios bendiga a la clase trabajadora de este país y del mundo.
Lee también: Que la vida no te sorprenda como Qatar
Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Getty images
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.