Gran polémica ha desatado en el país, la supuesta presentación de un borrador de la Superintendencia de Transporte que bloquearía las aplicaciones de movilidad en el territorio nacional
El enfrentamiento entre conductores de aplicaciones de movilidad y los taxistas tradicionales, es como diría el ilustre escritor y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, la ‘Crónica de una Muerte Anunciada’, pues para nadie es un secreto que este conflicto lleva años.
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Desde hace algún tiempo apenas estas aplicaciones de transporte iniciaron labores en el mercado nacional, se originó un rotundo rechazo por parte de los conductores tradicionales, quienes para entonces tenían acaparado un mercado, que a mi juicio descuidaron y por ende ante la novedad de un servicio hoy en día afianzado, fueron drásticamente desplazados por varios detalles que quizá no han querido tomar en cuenta a la fecha.
Principalmente la gente le dio la espalda a los taxistas tradicionales por un factor trascendental como lo es el precio, y es que en muchos casos los clientes de estos vehículos enfrentaban el sobreprecio y descontrol tarifario del servicio de taxis tradicionales, sin que hubiese una forma de reclamar y mucho menos hallar resarcimiento por una tarifa ‘mal cobrada’ por llamarlo de alguna manera.
Segundo y no menos importante lo representa el hecho de la seguridad del pasajero pues, hay infinidad de denuncias de personas que fueron asaltadas, secuestradas y abusadas por una persona de quien nunca podían obtener una identificación al ser un trabajador independiente y no regulado por algún ente departamental o nacional. Tercero las aplicaciones supieron ganarse un público altamente descontento al brindarle la oportunidad de conocer el costo de su traslado, incluso antes de abordar el vehículo, entre otros datos importantes como el nombre del conductor, la placa del automóvil e incluso hasta el color, lo cual obviamente incidió en la percepción de seguridad de los usuarios de este servicio, cosa que era casi que imposible de obtener en un taxy tradicional.
Ahora bien, no se trata de negarle el derecho al trabajo a estos profesionales del volante, sino de más bien hacer conciencia sobre cuáles fueron las razones por las cuales ante su falta de regulación y organización, perdieron gran parte del mercado. Ojalá las autoridades competentes a través de la gestión eficaz del Estado, logren generar un equilibrio que garantice el derecho al trabajo de Todos y cada uno de quienes tienen a bien prestar un servicio tan importante y útil para el país y sus ciudadanos, pero, eso si desde la base de la sinceridad y el respeto por los usuarios que a fin de cuentas tienen el derecho soberano de escoger cuál es el servicio que mejor les convenga sin tener que ser objeto de la manipulación de instituciones complacientes con tan solo un sector de la sociedad que pretendan castigar el libre albedrío de los usuarios, con multas millonarias que no aportan en nada a la reestructuración económica que ofrecieron hacer a este país, amén de la política inclusiva que respetaría los derechos de todos por iguales. Dios bendiga a los conductores colombianos, los de antes y los de ahora, Todos somos necesarios.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: La Salle Cuernavaca
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