Colombia ve derribar su ‘castillo de naipes’, con secuestros y matanzas a las autoridades, un gabinete presidencial en profunda crisis, controversias en el sector salud y el hijo del presidente señalado de prácticas electorales indecorosas.
Mientras el mundo enfrenta una dura recesión, Colombia no escapa a este ‘revolcón mercuriano’ e inicia 2023 sumida en agudas crisis tanto económicas, políticas, sociales y hasta morales.
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Indignante lo ocurrido en días recientes con el secuestro de policías en San Vicente del Caguán por parte de la Guardia Campesina de la zona, quienes tras asegurar que no estaban relacionados con las protestas, pretendieron con este deleznable acto llamar la atención del Gobierno Nacional para que, preste oídos a “las reclamaciones de la movilización social”, algo supremamente indignante que en pleno siglo XX se pretenda conseguir reivindicaciones a través del desconocimiento a las autoridades y peor aún ocasionando la muerte de algunos de sus representantes.
Por otro lado, el cuestionado gabinete presidencial de este país, sufrió este mes tres importantes bajas, representadas el Ministro de Educación Alejandro Gaviria, del Deporte María Isabel Urrutia, y de Cultura Patricia Ariza, al parecer todo obedece a la reciente reforma a la salud que dividió la opinión del mencionado componente de poder, lo cual desencadenó que el presidente, Gustavo Petro, oficializara la salida de estos tres altos funcionarios, lo cual a mi juicio es contradictorio de la mencionada ‘inclusión’ con la cual arribó a la Casa de Nariño Gustavo Petro.
Finalmente, y no menos importante entre un mar de noticias que van en detrimento de la moral colectiva, como el asesinato a puñal de un pequeño por parte de su padrastro para ‘vengarse de la madre’ o la venta de una niña como objeto sexual por parte de su propia madre, en hechos ocurridos en diferentes lugares de este consternado territorio nacional, nos encontramos con el Grave escándalo protagonizado por el hijo del Primer Mandatario Nacional, se trata de Nicolás Petro, quien es acusado de recibir dineros de dudosa procedencia para presuntamente financiar la campaña con la que accedió a la Presidencia su progenitor.
Entre dimes y diretes ocurre una pelea marital entre este hombre y su ex, que destapó una verdadera ‘olla podrida’ que deja en entredicho el proceder de los familiares directos de nuestro mandatario, quien ya se pronunció y solicitó la investigación de los hechos, pero obviamente la opinión pública está dividida entre quienes apoyan la postura presidencial, y quienes lo acusan de estar involucrado en estas prácticas burocráticas por demás históricas que lo único que dejan en evidencia es la doble moral de quienes ostentan posiciones de poder político y económico, siempre en detrimento de una sociedad que definitivamente está entre el caos y la decadencia. Dios bendiga a este hermoso país, a sus autoridades y habitantes.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Vientos Sur
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