Siempre se ha sabido que el retorno de viejos métodos y políticas siempre es posible, no importa qué tanto se haya vuelto «obsoleto», siempre se puede destacar como innovador algo que hace mucho quedó en el pasado.
Así sucede hoy con Francia, luego de años de constante republicana, y fe de una democracia del pueblo y de la idiosincrasia libertaria, hoy sale al paso de las políticas exteriores europeas como un bastión que desea volver a la grandeza del poder europeo cómo un bloque consolidado, y cómo no, volver a los tiempos de grandeza en la que Francia era un poder político, social y militar en el mundo.
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El presidente Emmanuel Macron ha estado desarrollando durante las últimas semanas, con motivo de la guerra en Ucrania diversos actos que para muchos son bastante que bastante polémicos, entre ellos el veto de venta de armas a Ucrania, la negativa de cerrar filas con Estados Unidos en la política de aislamiento a Rusia, no por eso deja de condenar las acciones rusas, sino llamando a sus vecinos a implementar una política europea de fortalecimiento del bloque, tanto política como militarmente.
Hay que destacar que Francia es actualmente el país europeo que militarmente está más activo, con numerosas operaciones militares en desarrollo en el continente africano, lo que le convierte en una fuerza militar de gran experiencia sin tener que desplegar grandes cantidades de presupuesto para mantener un ejército global.
Lo que el presidente francés aparentemente está buscando es convertir a su nación en un eje de influencia política regional poderosa, anclando su experiencia tanto previa como actual en las naciones del África y de Europa, desea con voluntad que se vuelva a los tiempos de poder, de capacidades y de poder obtener beneficios de esto.
Hay que destacar que el juego geopolítico con Estados Unidos, Rusia y China le da la oportunidad de sacar provecho de la actual dependencia europea de sus vecinos extranjeros, si bien, es una política que toma años en tomar forma, el momento es oportuno y con las acciones actuales es de esperarse cierta polémica, el cambio es miedo, más con los mounstruos del recuerdo de un pasado al que nadie quiere volver.
Francia está levantando la bandera del europeísmo, y tiene ambición de llegar lejos, sólo el tiempo dirá si serán sueños de glorias pasadas, o si logrará convencer a medio continente a dar el paso al frente y consolidar un bloque que ha estado mermando por su incapacidad de fortalecer a sus miembros.
Ya veremos…
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: La voie de l’épée
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