Como si se tratara de un Best Seller, la historia detrás de las acusaciones, posterior encarcelación y declaraciones de Nicolás Petro y su exmujer Day Vásquez mantienen al país en vilo.
¿Cómo inició todo esto? Pues usted no me lo va a creer, pero a razón de un lío de faldas, deslealtad y venganza, una mujer ardida por una traición logró hacer temblar el mandato presidencial, incluso más que la apetecible maleta de Laura…
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Lamentablemente Latinoamérica lleva años en los que no ha querido aprender que ese clientelismo y tráfico de influencias que la mayoría practica cuando ejercen cargos públicos o participan en contiendas electorales, se ha convertido en la tumba política de muchos líderes que se dejaron guiar por la codicia y no supieron administrar ni el dinero ni el poder que da ostentar un cargo público o una candidatura evidentemente triunfadora como la que llevó a cabo Gustavo Petro, desde que inició su aspiración por llegar al Palacio de Nariño en sustitución del expresidente Iván Duque.
Es así como comienza el festín de contratos, asesorías millonarias de amigos, bailarines, familiares y cuánto personaje haya demostrado lealtad durante la campaña electoral. Algunos realmente capaces y con oportunidad de llevar a buen puerto sus designaciones, otros definitivamente una manzana podrida para acabar con la credibilidad y la aceptación del Jefe de Estado y su gestión.
Así es como esta señora Day Vásquez, por darle su lección al traicionero esposo decidió acabar con la tranquilidad de un país que confiaba plenamente en el recién electo mandatario y su familia. Y lo que dejó al descubierto es que todos, absolutamente todos, tenemos nuestra ‘Caja de Pandora’ con cosas que ocultar que definitivamente mejor están guardadas.
El cuento largo se hace corto con la captura por manejo ilícito de dineros de la campaña y además de dudosa procedencia de ambos personajes.
Finalmente, el pasado jueves y ante la justicia el exjefe de campaña del Primer Mandatario Nacional, para la Costa, Nicolás Petro, asumió que recibió dineros de procedencia ilegal para la pasada campaña presidencial de su padre y lo que es peor aún, que se quedó con la mayor parte de esos dineros. Moraleja ni todo el dinero del mundo valen una familia rota, un hijo negado, y un escándalo que golpeó duramente la moral de los Petro. Dios bendiga a nuestros gobernantes y su familia ojalá un día entiendan el deber que tienen para con quienes los llevan al poder y no les defrauden. Obviamente la última palabra la tiene Justicia.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Ambiocolombia
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