Las ausencias del primer mandatario Nacional Gustavo Petro mantienen a la opinión pública inmersa en un montón de especulaciones que no han tenido respuesta oficial de la Casa de Nariño.
En lo que va de año, el presidente de los colombianos habría dejado con los crespos hechos a sus ciudadanos en al menos 93 oportunidades, sin explicación alguna, situación que obviamente resulta a los ojos de propios y extraños como ofensiva y demostrativas de incumplimiento de sus funciones.
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El panorama de incertidumbre que estas ausencias han generado en Colombia llevó a personeros de la oposición a solicitar un parte médico que detalle el estado de salud actual del jefe de Estado, petición que a la fecha no ha tenido tampoco respuesta. En el Congreso proponen que se haga exámenes médicos pero la última palabra en ese sentido no se ha dicho.
La verdad nada tendría de raro que como ser humano estuviese enfermo, lo verdaderamente insultante es que no se le hable claro al país y así se evitarían esos momentos de bochorno que viven miles de ciudadanos que probablemente le apoyaron con su voto para ostentar tal dignidad, y se quedan esperándolo en las diferentes regiones y ciudades que conforman la geografía nacional quizá con la esperanza de seguir creyendo en ese hombre que les garantizó durante la campaña electoral que este país iba a cambiar rotundamente su manera de atender y escuchar al pueblo.
Son muchas las especulaciones que ojalá algún personero oficial saliera a dar la cara. Voces políticas refieren que a los gobernadores se les dijo que el mandatario tiene problemas de salud, que para muchos son considerados asuntos de interés público, que por ende afectan la agenda pública y más allá de que como ser humano no está obligado a decir cuáles son estos quebrantos, se considera que al ser la máxima autoridad del país debería aclararle a la nación qué ocurre con su constante indisposición para dar cumplimiento a la agenda pública.
Otra cosa es que él como ser humano amerite tener una incapacidad con la cual pudiera recuperarse y no quedar mal con los colombianos, el tema definitivamente es de apelar a la transparencia en sus funciones para exigir que Petro, se pronuncie, así acallaría voces, ofrecería las disculpas pertinentes y calmaría las ya turbias aguas del quehacer nacional. Dios bendiga la salud de quien está llamado a llevar las riendas de un país que ahora más que nunca está apelando a que su mandatario ejerza a carta cabal la gobernabilidad que democráticamente ganó desde las pasadas elecciones.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: AFP
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