La construcción de al menos 70 carreteras implicaría la devastación de más de 2,4 millones de hectáreas de bosque. Solo entre La Macarena y La Leona, se talarían 68.600 hectáreas arborizadas. Cada tramo vial significaría la deforestación de 33 mil hectáreas.
Los gobiernos limítrofes con la Amazonía, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, planean a futuro construir o mejorar más 12 mil kilómetros de carreteras, lo que representaría un problema para la biodiversidad en la selva amazónica. Del total de las carreteras identificadas, 24 hacen parte de Brasil, 15 de Ecuador, 14 de Colombia, 11 de Perú y 11 de Bolivia. Esas construcciones generarían la desaparición de 2,4 millones de hectáreas húmedas.
Alfonso Malki, director técnico para América Latina de Conservation Strategy Fund, ha catalogado esa incursión en la selva como “hecatombe ambiental”, pues asegura que “generaría pérdidas en biodiversidad, alteraría los ciclos hidrológicos y el clima y reduciría la capacidad de los ecosistemas de generar beneficios para la humanidad”. También asegura que el 17 % de estas vías causarían impactos negativos como la presencia de infracciones ilegales.
Esas construcciones representarían pérdidas en flora y fauna, pues la Amazonia alberga a gran población animal. Las amazonas en Brasil han sufrido desde el gobierno de Jair Bolsonaro, quien no ha querido proteger ‘el pulmón del mundo’ y ha pretendido exterminar el Ministerio de Medio Ambiente. A eso se le suma que en el 2019 cerca de 2,5 millones de hectáreas fueron calcinadas por los incendios forestales.
Con información de: Semana Sostenible
Por: Arley Sánchez
Instagram: @arleysanchezp
Imagen: Ecoospera