Después de que llegó el Coronavirus a nuestro país, se han hecho más profundas ciertas heridas que ya dábamos por terminadas o simplemente nuestra realidad nos enseñó a convivir con ellas de una forma normal.
El hambre es un virus que aún no hemos podido acabar, se siguen muriendo niños y niñas por desnutrición, recuerdo que en primaria nos enseñaron el ciclo de la vida nacer, crecer, reproducirse y morir, aquí solo se nace, ya se está condenado a morir de hambre los vemos desde las grandes ciudades hasta nuestros indígenas.
El racismo sigue presente en pleno siglo XXI. Imaginar que se atente contra alguien por su color de piel, es algo que se encuentra en el pasado y en los libros de historia, pero sigue pasando en todo el mundo, es llevar una mochila pesada por tener este color de piel.
La desigualdad es una guerra de clases sociales donde los ricos quieren ser más ricos y los pobres dejar de ser pobres; este virus no permite que la humanidad se mueva para que haya un progreso, simplemente no conviene.
Los líderes sociales en Colombia, son asesinados por buscar un cambio, personas dedicadas a sus comunidades con proyectos de progreso, en defender los derechos humanos, del medio ambiente y sus territorios, son asesinados y no pase nada para buscar a los culpables es una vergüenza que pase esto en nuestro país.
La violencia intrafamiliar y de género en todas sus expresiones, es algo con lo que la sociedad no le ve un problema, pasa porque no afecta, a mi círculo social o familiar, la indiferencia es una enfermedad de la humanidad.
La discriminación en contra de la comunidad LGBTI. Son señalados y acusados de un crimen por no estar de acuerdo con la forma de amar impuesta por una religión o una doble moral, los ignorantes se atreven a decir que es una enfermedad. El estado no los respeta y vela para que sus derechos se cumplan.
La cuarentena que nos ha tocado vivir a raíz de este virus invisible, ha hecho que los otros virus se noten más, pero aun así pasan desapercibidos, los conocemos o hemos escuchado hablar de ellos por muchos años, tenemos las fuerzas para combatirlos como, atacar la corrupción, generar más empleo, hacer mejor justicia con ayuda de los organismos de control o respetando los derechos fundamentales de todos y dejando la indiferencia.
Son muchos los virus que tenemos y los que se me escapan en este escrito, me atrevó a decir que algunos ya están convertidos en enfermedades muy graves que desangran nuestras sociedades o algunos están convulsionado porque no encuentran la medicina correcta para su alivio, los que están en cuidados intensivos sobreviviendo con todas sus fuerzas por encontrar un esa cura o los ya hemos logrado atacar y los creemos muertos. Debemos dejar de pensar por sí mismos ver las adversidades que tenemos como país, como mundo que a todos nos afecta de una u otra manera apoyémonos más, a la final ser diferentes es lo que nos lleva a proponer y a mirar desde diferentes aristas es colocar el mismo objetivo y luchar para que se cumpla.
Por: Felipe Rodriguez Peréz
Instagram: Felipe_rodriguezp
Imagen: Revista Nómada
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.