Aunque ningún animal debería sufrir maltrato por parte de seres humanos, las zarigüeyas son objeto de especial persecución.
En la semana pasada se viralizó un video en el que jóvenes de una zona rural de Valle del Cauca ataron por las extremidades a una zarigüeya y la golpearon repetidas veces en la cara. Si bien el video despertó la indignación en redes sociales; estos animales son objeto de violencia todo el tiempo, porque son consideradas plagas.
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No obstante, las zarigüeyas son esenciales para los ecosistemas de los que nosotros dependemos. El biólogo de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (Urras); de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional Juan David González; habló a El Tiempo que estos animales son controladores de plagas.
“Son animales omnívoros que se alimentan de roedores, de invertebrados como insectos, así como de serpientes y lagartijas. También hacen parte de la cadena alimenticia, entonces son el alimento de felinos silvestres, de aves rapaces», le dijo el biólogo a El Tiempo. Igualmente, como también comen frutas, estos animales ayudan a esparcir semillas en bosques y garantizar el crecimiento de estos frutos.
Las zarigüeyas son objeto de especial persecución.
Estos animales hacen parte de los llamados “marsupiales”, por la bolsa que estos tienen en el estómago, denominada marsupio, donde las crías de zarigüeyas completan su desarrollo y se alimentan de leche materna.
Los koalas y los canguros también son marsupiales, por lo que es equivocada esa idea de que las zarigüeyas están emparentadas con las ratas.
Son animales impresionantes pues cuando se sienten amenazados, involuntariamente entran en un estado de suspensión que se asemeja a la muerte, incluso liberan un hedor que aleja a los predadores.
Después de un tiempo, recuperan la consciencia. También tienen una cola prensil que les permite colgarse de los árboles con ella y son conocidas por llevar a sus crías en la espalda una vez estas se desarrollan.
Con información de: El Tiempo
Por: Jorge Iván Parada Hernández
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Imagen: RTVE