Los premios Nobel de este año han sido una grata sorpresa para las mujeres, pues se han llevado el galardón de literatura, otorgado a Louise Glück; el de química, que pertenece a Jennifer Doudna y a Emmanuelle Charpentier; y el de física, que Andrea Ghez compartió con dos colegas.
De hecho, sin conocerse aún los ganadores en el campo de la economía, este ha sido uno de los mejores años para las mujeres que reciben este reconocimiento, pues en 2009 y 2018, cinco y cuatro mujeres se han hecho con la medalla del Nobel respectivamente en esos años.
Hasta el 2020 y según National Geographic, 57 mujeres han sido ganadoras del premio Nobel en alguna de sus seis categorías: medicina, química, física, economía, literatura y paz. Solo 57 ganadoras de un total de 892 individuos han sido reconocidas por sus grandes aportaciones a la civilización humana. ¿Quiere esto decir que las mujeres han, de hecho, aportado menos al desarrollo de la humanidad?
Evidentemente no es así. Teniendo en cuenta que las mujeres han hecho parte de un proceso de paulatina inclusión en campos académicos de primer nivel así como en procesos políticos relevantes, se explica por qué hay menos ganadoras del galardón más importante del planeta.
Sin embargo, desde que se estableció en 1901 este premio por voluntad de Alfred Nobel, han habido periodos de sequía para las mujeres en la consecución de este reconocimiento. Por ejemplo, desde 1997, cuando la activista anti minas personales Jody Williams ganó en la categoría de paz, solo se vio una nueva ganadora hasta el año 2003, cuando Shirin Ebadi también ganó en esa categoría por su trabajo pro derechos humanos de mujeres y niños en Irán.
Es más, el 49% de las mujeres ganadoras del Nobel (es decir, 28 de ellas) lo han recibido en el siglo XXI, en tan solo 20 años, mientras que durante todo el siglo XX solo lo recibieron 29 mujeres. Este es un signo positivo para la igualdad de género en todos los campos imaginables, incluso en aquel de la distinción más alta que cualquiera podría recibir. Es claro que con el pasar de los años y las luchas de las mujeres por entrar en espacios predominantemente masculinos darán como resultado cada vez más mujeres reconocidas por sus logros.
Es claro también que se tiene que fomentar la inclusión de mujeres en espacios de investigación de ciencias naturales y en las artes, así como en los espacios de toma de decisiones. Según la Unesco, solo el 35% de los estudiantes matriculados en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (llamadas en inglés STEMs por sus siglas) son mujeres, lo cual es una situación alarmante pues estas áreas constituyen gran parte de la oferta laboral del futuro.
En el futuro debería haber más que solo dos ganadoras del Nobel de economía, cuatro de física, siete en química, doce en medicina, dieciséis en paz y literatura. Construir el devenir de la humanidad va a necesitar que el 51% de la fuerza laboral del mundo se interese también en las STEM, así como en las artes y el activismo político.
Por: Jorge Iván Parada Hernández
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Imagen: As Colombia
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