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¡Se tomaron Bogotá!

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Bogotá

A inicios de la década de los 90 uno de los objetivos militares de la antigua guerrilla de las Farc era rodear a Bogotá para realizar un “golpe revolucionario”. Sin embargo, esto solo fue posible 30 años después. Sin armas ni disparos y con los combatientes desmovilizados.

La Historia, el piso, el pasto, la tierra y el asfalto han sido testigos del interminable caminar de tropas por nuestro país. Unos lo hacen con la excusa de ser leales a una patria, y por llevar a cuestas el honor de ser soldado. Otros, por su lado, comenzaron la marcha con un sueño de cambio que con el pasar de los años se fue desgastando.

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Desde el año 2016 más de 13 mil pares de botas, usadas por los y las excombatientes de las Farc, dejaron de marcar el suelo colombiano. En tiempo de guerra era común ver fotos de la guerrilla marchando. Decenas o cientos de combatientes se convertían en hiladas de personas vestidas con camuflaje, portando equipamiento y abrazando fusiles. Desde la firma del Acuerdo esto dejo de ser constante en el país.

Sin embargo, el miércoles 21 de octubre, en el municipio de Mesetas, departamento del Meta –cuna de las Farc- nuevamente iniciaría una marcha. Cerca de 250 personas excombatientes decidieron comenzar con la “Peregrinación por la vida y por la paz”. Su caminar no fue entre la maraña ni la selva, ni mucho menos con camuflado y fusil. Esta vez la marcha no fue para llegar al combate, sino la herramienta para protestar por las 238 personas desmovilizadas que han sido asesinadas. Y para contrarrestar el característico silencio del Gobierno, los firmantes retomaron un objetivo de antaño: tomarse Bogotá.

Según Carlos Lozada, antiguo líder del Bloque Antonio Nariño y hoy senador, el objetivo de esta estructura –en tiempo de guerra- era rodear a Bogotá, poder aislarla del resto del país. A cambio de esto, la “Peregrinación por la vida y por la Paz” entro a la capital por el sur, por Usme y por la calle 80. Al final se concentraron en el “patio de juegos de Duque”, conocida popularmente como la Plaza de Bolívar.

Allí se gestó una feria artesanal donde se promovían productos hechos por antiguos rebeldes. La Cooperativa Tejiendo Paz, del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Antonio Nariño cambio la idea de situar Bogotá por tejer paz en el centro de la capital. Decenas de mujeres desfilaron productos realizados por esta cooperativa mientras sostenían carteles que pregonaban los intereses de los marchantes. “Acuerdo firmado, Acuerdo implementado”. “Implementación del Acuerdo de paz ¡YA!”, gritaban silenciosamente los carteles mientras en conjunto los firmantes pedían ser escuchados.

Con esta consigna de “querer ser escuchados” innumerables agrupaciones de sectores sociales se han tomado Bogotá para que el Gobierno Nacional ponga atención sobre sus necesidades. A inicio de año los estudiantes protestaban por garantías para la educación. Luego, la Minga Indígena lleno de resistencia y dignidad las frías calles capitalinas. Ahora, los y las excombatientes intentan que el Gobierno cumpla con los Acuerdos pactados; que esta vez la silla no quede vacía.

Por: Miguel Cruz
Instagram: @migueelduartee14
Imagen: @alexarochi_
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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