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Vicky Dávila en Semana y el nuevo rumbo de los medios

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Este martes se conoció que la reconocida periodista Vicky Dávila asumirá la dirección de uno de los medios más destacados del país, la revista Semana. De inmediato se encendieron las voces de alarma y descontento entre quienes se denominaban seguidores del semanario y sentenciaron el final de la información veraz en el mismo. El cambio en la dirección de la revista hace parte de la visión de la nueva administración para lograr una transición de Semana y otras publicaciones del grupo editorial a formatos digitales. Más allá de estar de acuerdo con el nombramiento de ciertos periodistas en las direcciones de los distintos medios, queda una interrogante ¿Hacia dónde van los medios del país y qué podemos esperar de ellos sus audiencias?

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Hay que empezar contando la historia completa. A inicios del año 2019, Jaime Gilinski, quien es el cuarto hombre más rico de Colombia y representante del Grupo Gilinski, compró el 50 % de la participación accionaria de Semana y sus cuatro líneas de negocio, (Fundación Semana, Publicaciones Semana, Sostenibilidad y Foros) y recién en este mes ha ejercido su opción de compra por la otra mitad de la empresa, toda esta operación está valorada en 20 millones de dólares, sin contar los US$ 2 millones que se han invertido en su paso a su versión digital, proyecto en el que Vicky Dávila ha sido fundamental, pero no han sido este el únicos cambio.

Este proceso, durante el cual más de un centenar de periodistas han salido de Publicaciones Semana, vino también con un cambio de directrices internas, ya que según la investigación del medio 070 en abril de 2019, a quienes no fueron despedidos se les empezó a exigir rendir cuentas sobre su productividad medida en notas publicadas por día y visitas logradas en la página web. Además se redujo la publicación de productos editoriales, y se decidió fusionar las revistas SoHo, Jet Set y Fucsia, con lo que también redujeron sus equipos de trabajo. El proyecto Semana Rural, que realiza la editorial en conjunto con USAID, y que se distribuye de manera gratuita en varias regiones del país, disminuyó de 32 a 16 páginas el tamaño de su publicación, lo que se suma a la reciente desaparición de la revista Dinero, una de las más destacadas en el medio del periodismo económico, cuyos contenidos pasarán a formar parte de la edición semanal de la Revista Semana.

Con todo esto, la contratación de Vicky como directora del Grupo Semana no es una casualidad, es más bien un ejemplo y posiblemente, una de las vías hacia las que desembocará el periodismo moderno.

La designación Dávila al frente de la revista Semana es una declaración de intenciones. La comunicadora ha pasado por varios de los espacios informativos con más relevancia a nivel nacional en sus más de 25 años de trayectoria, incluso siendo directora de algunos de ellos. Cuenta con una particular línea editorial que le trae seguidores y detractores, además de tener un abordaje singular de las fuentes que trata, su periodismo es como menos llamativo, controversial, y para la actualidad de los medios de comunicación, rentable.

En contra de lo que se podría creer, por la recepción que tiene en el público, Vicky Dávila es una periodista muy popular. Entre sus perfiles de Instagram, Facebook y Twitter suma un total de 4.6 millones de seguidores, cifras más parecidas a las de un influencer que a las de un comunicador. Pero en estos años Dávila ha demostrado que su fuerte es precisamente ese, la atracción de audiencias. Lo ha evidenciado con sus constantes polémicas, su repetida aparición en el debate público en casos sonados como los de la comunidad del anillo, la entrevista a Aída Merlano mientras era prófuga de la justicia colombiana, la pelea con el asesor de comunicaciones y adivino de la Casa de Nariño, Hassan Nassar, entre otras. La simple vinculación de su nombre a un medio, a una nota, la hace un tema de conversación, ahí radica su poder, en la controversia que genera con su estilo más o menos riguroso de ejercer el periodismo.

Y es que este oficio exige cosas diferentes con el pasar de los años y el crecimiento de las tecnologías. La la proliferación de medios independientes, blogs y canales de You Tube, han significado un cambio sustancial en los formatos periodísticos. Los reportajes de largo aliento que eran parte fundamental de las principales casas mediáticas del país han sido desplazados por las presentaciones más ligeras y fáciles de consumir, una manera de enseñar los hechos que convenga al afán creciente de la consecución de audiencias en un océano cada vez más rojo y saturado, por ello, contar con periodistas que garanticen esa visibilidad es una parte fundamental de la concepción actual de los medios como negocio.

Según los datos registrados hasta el mes de septiembre por Comscore, Semana.com, con 5,7 millones de visitantes únicos por mes, es el cuarto portal web de medios de comunicación con mayor alcance de audiencias, solo por detrás de las páginas web de El Tiempo, Publimetro y Pulzo, un éxito logrado por las decisiones que han tomado los nuevos dueños del medio. Por lo que contar con Vicky Dávila, artífice parcial de estos logros, para dirigir la línea editorial de una de las todo el Grupo Semana es un solo un paso lógico hacia la conversión del periodismo basado en las tendencias.

Y a todo esto ¿cuál es nuestro papel como audiencias? Pues básicamente nos limitaremos a ser espectadores. Con el avance a lo digital y la lucha por las visitas, se va reduciendo el número de medios dispuestos a ofrecer información no tendenciosa y que esté orientada a la formación de su público. En medio del caos y la velocidad imperantes en este nuevo periodismo han surgido alternativas como Vorágine, 070, Presunto Podcast, que son proyectos orientados a los formatos análisis e investigación, y que se han convertido en productos de nicho, un bálsamo para el denominador común de los medios de comunicación que se definen entre la repetición de los agregadores y la constante desilusión de las grandes editoriales a los que tendremos que acostumbrarnos.

Por: Juan Ramírez
Instagram: @sebasragut
Imagen: Edgar Degas – Esperando (1882)
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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