Somos un medio de comunicación independiente cuyo propósito siempre ha sido y será mantener informados a nuestros lectores con las noticias más relevantes del país y el mundo, ayúdanos a mantenernos y a crecer para poder seguir compartiendo noticias y artículos de interés a diario.

Nos puedes ayudar desde $1.000 pesos colombianos

Policía Nacional: La Pandemia de Colombia

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on email
pandemia
policía

Se está acabando el año 2020, uno de los años más caóticos y extraños para la humanidad, y no por mucho se ganó ese título: una pandemia arribó en todos los continentes causando la muerte de más de dos millones de personas. De hecho, hace exactamente un año-y un mes- se descubría el nuevo Coronavirus en Wuhan, al sur de China, haciendo así eco en todo el mundo y expandiéndose, primero, por todo Asia, pasando por los Montes Urales hasta llegar a Europa, y así hasta llegar a América en vuelos internacionales, desde Brasil, hasta Canadá. No hubo país que se pudiera salvar a la pandemia del Covid-19. Pero hoy quiero hablar sobre otra pandemia, algo que ha causado más muertes que el Coronavirus en más años operando, algo a lo que hay que tenerle más miedo, mucho más miedo: la policía, ese ente armado de <<naturaleza civil>> que vela por la seguridad de todos los ciudadanos sin importar raza, ideología, religión, nacionalidad e identidad, todos, sin excepción, debemos ser resguardados bajo el amparo de la policía, o eso dice la ley.

Le puede interesar: Yo no olvido el año viejo…

En Colombia, la Policía Nacional está a cargo del Presidente de la República, el Ministerio de Defensa y del Director General de la Policía Nacional y en cada ciudad, por el alcalde mayor. Desde 1991, con la nueva constitución, llaman a la institución como <<cuerpo armado permanentemente de naturaleza civil>>, un nombre bastante ambiguo y relativo; como institución en pro del bienestar de la ciudadanía, todos los actos que han hecho este 2020 han demostrado, una vez más, que no se rigen por una ideología transigente, sino por leyes destructivas impuestas por rangos superiores que quieren, a toda costa, parecer los buenos del lugar.

Vamos por partes: en enero de este año, en Bogotá, un uniformado detuvo a una joven en la estación de Veraguas, al sur de la ciudad, porque no pagó el pasaje del bus, la llevó al CAI y allá abusó sexualmente de ella; en abril, cuando ya había llegado la pandemia al país, en Cali, un grupo de policías detuvo a una pareja por presunta <<violación a la cuarentena>>, los llevaron al CAI y los sobornaron pidiéndoles dinero para que fueran liberados, mientras el hombre fue en búsqueda del dinero, los policías abusaron sexualmente de la mujer; en mayo, en Puerto Tejada, Cauca, el joven Anderson Arboleda de 24 años, que por estar en las afueras de la casa de su madre, fue víctima de una brutal golpiza propiciada por dos policías porque estaba <<violando la cuarentena>>; en julio, en la localidad de Kennedy en Bogotá, un policía disparó a un joven de 23 años que departía con sus amigos, causándole la muerte; también en julio, en Barranquilla, Ángela María Pérez de 50 años, muere después de recibir un bolillazo en el pecho por parte de un uniformado que, según testigos, entró a la casa sin razón junto con otros policías y le propinaron una fuerte golpiza, causándole la muerte; en agosto, en Cartagena, Harold Morales de 17 años fue golpeado y después asesinado por un impacto con arma de fuego porque se negó a lavarle la moto a un policía de forma gratuita; en septiembre, en Bogotá, Javier Ordóñez de 45 años, fue golpeado por dos uniformados y víctima de descargas eléctricas con un teaser luego de una requisa; y en ese mismo mes, en Cauca, Juliana Giraldo, mujer trans de 38 años, fue asesinada después de recibir un disparo de un soldado del Ejército Nacional. Y recordemos a Dylan Cruz, el joven que fue asesinado en el centro de Bogotá por un agente del Esmad en el marco de las protestas del 21N, el año pasado. También podemos meter a la lista todas las veces que la policía ha agredido a las mujeres trans de todo el país, que, con solamente los casos de Bogotá, podemos contar más de 120 denuncias.

Todos estos hechos ocurridos en el país quitan la veracidad del actuar de un ente que, hace ya varios años, viene haciendo de las suyas a través de la excusa de <<son solamente unas manzanas podridas>>, algo que ya es repetitivo y quita credibilidad a la institución, y no permite ver la única salida: abolir a la policía nacional. Abolir todo el árbol que ha sido regado con corrupción, que le ha dado la luz del sol de la violencia, y lo único que hace es hacer crecer frutas podridas que hacen y deshacen a su antojo. También contemos con la desidia del gobierno nacional para resolver estos casos, llamándolos <<aislados>> cuando ya son varias las denuncias de las personas víctimas de la violencia de la policía, haciéndolos ver como cómplices.

El 2020 ha demostrado lo importante que es considerar abolir la Policía Nacional, lo importante que es defender la ciudadanía y sobre todo, los derechos de todas las personas, sin distinción. Necesitamos una reforma a todo lo que se considera <<bueno>> en este país. El 2020 nos demostró que el único enemigo de Colombia no fue el Coronavirus, sino la Policía Nacional.

Por: Milton Sánchez
Instagram: @miltonsanchezss
Imagen: Colombia Informa
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *