En un informe difundido este miércoles la Organización Mundial de Comercio (OMC) pronostica una contracción del comercio internacional entre el 13% y 32% en 2020 en todas las regiones; para América Latina y Europa se estima caídas superiores al 30%. Lo que evidencia una crisis financiera peor a la del 2008. Debido al impacto de la pandemia del coronavirus que ha afectado a todos los países del planeta y obligando a que la humanidad este confinada.
Según, Roberto Azevedo, director general de la OMC, afirmó: «La inevitable disminución del comercio y la producción tendrá consecuencias dolorosas para los hogares y las empresas, aparte del sufrimiento humano causado por esta enfermedad. Además, Si se recupera pronto la confianza, las inversiones y el gasto de las familias, se recuperarían rápidamente, a pesar de todo”. Pero, admitiendo, las incertidumbres son todavía enormes.
Azevedo cita en el informe: «El objetivo inmediato es controlar la pandemia y atenuar los daños económicos causados a los individuos, a las empresas y a los países». Al igual que, invita a los políticos a empezar a planificar el futuro tras la pandemia, siendo el comercio parte importante de la recuperación económica global, para ello será fundamental que los mercados se mantengan abiertos y sean previsibles.
El estudio contempla dos escenarios posibles, pero ninguno bueno, en el caso más optimista se consideraría un descenso del 13% seguido de una recuperación del comercio del 21,3% en 2021, mientras que en el contexto pesimista se consideraría una caída del 32% con una recuperación del 24%. En cuanto a las exportaciones por regiones, se prevé una caída del 17.1% en Norteamérica, 12.9% América del Sur y Central, y un 12.2% en Europa. Pero en el escenario más pesimista podría haber descensos entre el 30% y el 40% en todos los territorios. Las importaciones para Norteamérica bajarían con un mínimo de 14.5%, América del Sur y Central un 22.2% y Europa un 10.3%.
La crisis actual es más amplia, que ha llevado a la intervención masiva de los gobiernos para apoyar a empresas y hogares, que la crisis financiera mundial de 2008-2009. A causa de las restricciones que afectan los desplazamientos y la distancia social, impuesta para frenar la propagación de la enfermedad, afectando la mano de obra, los transportes y los viajes. De tal forma, Azevedo aconsejó: «Si los países colaboran, veremos una recuperación mucho más rápida que si cada uno actúa por su cuenta”.
Con información de: DW
Por: Elizabeth Rossini
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