Tras su paso por los cines en diciembre de 2022, llega a Disney+ Avatar: El Camino Del Agua dirigido por el reconocido realizador James Cameron.
El film reencuentra a las audiencias del mundo entero con el cautivante universo de Pandora, la tierra de los Na’vi introducida en 2009 en Avatar, la película convertida en fenómeno cultural que empujó los límites de lo conocido hasta ese momento en materia de tecnología al servicio de la narración cinematográfica.
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Trece años después de aquel hito, Avatar: El Camino Del Agua expande el universo de Pandora y lleva el arte de los efectos visuales a niveles sin precedentes, transportando a la audiencia al hogar de la comunidad Metkayina, un rincón fascinante en las islas oceánicas nunca antes presentado en la saga. En la historia, Jake Sully (Sam Worthington), su esposa Neytiri (Zoe Saldaña) y sus hijos llegan allí buscando refugio de la cacería implacable de la “gente del cielo”, nucleada en la Administración de Desarrollo y Recursos (RDA, por sus siglas en inglés) y liderada por Quaritch (Stephen Lang).
Cuenta el productor Jon Landau: “Pandora es otro personaje de la película. Estuvimos usando Pandora como una metáfora de nuestro mundo, y podríamos viajar por nuestro mundo durante años y no llegar a ver todas las maravillas que contiene. Entonces, Jim (James Cameron) tomó la decisión de mantener la historia ambientada en Pandora y explorar nuevos biomas y nuevas culturas. Basado en su amor por el océano y mi amor por el océano, decidimos que el océano sería el nuevo entorno para nuestras historias”. La creación del mundo habitado por la comunidad Metkayina presentó nuevos y grandes desafíos para el equipo creativo de la saga, y el extraordinario resultado de esos esfuerzos brilla en pantalla.
Creando la gente del Arrecife
Dylan Cole, el diseñador de producción de AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA, debió crear un ecosistema completo que reflejara todos los aspectos de vida del clan Metkayina. Al centro de ese sistema están, por supuesto, los integrantes de ese clan. Los personajes tienen la piel de un tono azul ligeramente diferente al de los Omatikaya, y su fisiología también es distinta. Tienen las manos más grandes, el tórax más ancho y tienen gruesas protuberancias cartilaginosas debajo de la piel, casi como aletas, que se extienden a los lados de los brazos y las piernas para ayudarlos a nadar. También tienen colas más anchas para ayudarlos a impulsar el cuerpo por el agua. Cameron explica: “El clan Metkayina, la gente del arrecife, se adaptó a la vida en el mar, de modo que su aspecto es notablemente diferente”.
La vestimenta de los Metkayina también es un elemento importante de su aspecto visual. Si bien la mayor parte de los trajes fueron creados digitalmente por Wētā FX, el estudio de efectos visuales del realizador neozelandés Peter Jackson, muchos de ellos y de la joyería se fabricaron físicamente. “Una de las razones por las cuales confeccionamos las prendas fue porque el movimiento de una prenda no se puede entender sin tener la pieza completa. Si algo es pesado, tiene plumas, fibras o flecos, para entender la manera en la que se mueve en el aire, si hay brisa o bajo el agua, hay que tener la prenda física para ver cómo se comporta”, explica la diseñadora de vestuario Deborah L. Scott, ganadora del premio Oscar® por su trabajo en Titanic.
Landau agrega: “Si queríamos que Wētā FX hiciera trajes que parecieran reales, teníamos que darles algo en lo que basarse. Las hermosas creaciones que diseñó Deb y que luego fueron confeccionadas por los increíbles artesanos del taller de Wētā FX lograron exactamente eso”.
Una aldea idílica
La aldea en las remotas islas oceánicas de Pandora que los Metkayina llaman hogar cobró vida en base a una premisa: debía evocar una sensación de vida idílica en el arrecife. Allí, los integrantes del clan habitan en completa armonía con las maravillosas especies vegetales y animales que los rodean. La comunidad tiene su epicentro espiritual en la Ensenada de los Ancestros, un lugar sagrado donde se encuentra el Árbol de los Espíritus, un elemento que hace referencia al Árbol de las Almas, el sauce gigantesco atacado por las fuerzas de la RDA en AVATAR. “Mantuvimos la idea de que fuera un árbol, con resplandecientes zarcillos y frondas color magenta, como exóticas algas pardas”, cuenta Cole.
Tulkun, Ilu, Skimwing
Otro elemento central en el mundo de los Metkayina presentado en la película es su fauna. El clan cohabita con especies fantásticas que tiene roles muy importantes en su cultura y su relación con el entorno. Una figura central es el tulkun, una criatura inteligente parecida a una ballena que puede llegar a tener 90 metros de largo. Cameron explica: “La idea es que la cultura tulkun y la cultura Na’vi se unen por la música, las canciones y la danza. Los Metkayina, por ejemplo, le hacen tatuajes a los tulkun expresando su historia familiar. Los tulkun adultos que pasaron por su ceremonia de pasaje a la adultez, tienen todo el cuerpo y las aletas tatuadas, al igual que los Metkayina, que se hacen sus primeros tatuajes en la adolescencia”.
Entre los tulkun tiene especial protagonismo Payakan, un tulkun adolescente que se hace amigo de Lo’ak (Britain Dalton), el hijo de Jake y Neytiri. La dupla se comunica con una Lengua de Señas diseñado especialmente para la producción de la película por el actor y defensor de los derechos de las personas Sordas CJ Jones.
Otra de las criaturas acuáticas creadas para el film es el ilu, un mamífero juguetón que Cameron describe como “una cruza entre una versión biplano de una manta raya fusionado al largo cuello del plesiosaurio con las alas canard de un avión de combate europeo”. En la historia también se destacan los skimwing, anfibios que hacen las veces de monturas de guerreros y cuyo diseño está inspirado en parte en los peces voladores, pero la forma de la cabeza es muy diferente, y tiene alas brillantes con un diseño color negro y naranja con algo de blanco.
Una mirada clave
El mundo de Pandora no sería el mismo sin el aporte “mágico” del director de fotografía Russell Carpenter. Cameron asegura que su mirada fue clave en la creación del universo visual de Avatar: El Camino Del Agua Tanto las escenas en la comunidad Metkayina como aquellas en los bosques de Pandora y en los entornos de la RDA están atravesadas por el talento de Carpenter, quien debió dedicar especial atención a la iluminación. “Cuando tienes una combinación de acción real y animación digital, una de las cosas más difíciles es la iluminación interactiva. También estábamos filmando esto en 3D, en imágenes de alto rango dinámico a 48 cuadros por segundo. Russell tenía que tener en cuenta todo eso”, señala Landau.
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Carpenter también trabajó minuciosamente para cerciorase de que la iluminación complementara la paleta de colores establecida de la película. “Jim quiere que todo afecte al espectador de una cierta manera, que estimule las neuronas de nuestro sistema visual y nuestro cerebro de una manera en particular. Por eso le prestamos tanta atención al color, al detalle, al movimiento de la cámara, para que ayuden a dar esa sensación de inmersión”, concluye.
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