En el mundo la expansión del coronavirus y las medidas de confinamiento usadas para detener su avance causaron una reducción de la generación de energías provenientes del carbón y el petróleo, lo que ha significado también una reducción de la contaminación del aire y que se traduciría en un menor número de fallecidos por enfermedades relacionadas con la polución.
Según el Centro de Investigación de Energía y Aire limpio (CREA) con sede en Estados Unidos, las concentraciones de dióxido de carbono y el material particulado, principales indicadores de la contaminación del aire, tuvieron bajas del 37% y el 10% cada una. Cifras que hacen que las proyecciones de posibles casos de personas fallecidas por enfermedades relacionadas con la polución se reduzcan considerablemente. Algunos de los casos más destacables en esta disminución de posibles fallecidos son Alemania (2083), Reino Unido (1752), Italia (1490), Francia (1230) y España (1801); sin contar además que la mejora en la calidad del aire ayudará también a evitar en niños un promedio de 6 mil nuevos casos de asma y casi 2 mil visitas a emergencias por crisis de esta enfermedad. Todo esto debido a la ralentización de la economía a nivel global que redujo la producción de electricidad en un 40% en todo el mundo.
La principal ponente del estudio, Lauri Myllyvirta, aseguró que esto demuestra los grandes beneficios que representan para la salud pública y la calidad de vida el desmonte del uso de energías fósiles como fuente generadora de la industria a nivel mundial.
Según cifras de la OMS, 4,2 millones de personas pierden la vida prematuramente a causa de la contaminación del aire, además de reducir la esperanza de vida tres años en promedio.
Con información de: El Espectador
Por: Juan Ramírez
Instagram: @sebasragut
Imagen: El tiempo