Hoy despedimos un ciclo por demás aleccionador y sorprendente, que puso a prueba nuestras emociones y capacidades, así que, dejando a un lado, lo, no tan bueno yo brindo por él.
Desde todo punto de vista y no solo para este país, sino para muchas naciones del mundo, 2023 representó una oportunidad de superar infinitas adversidades en medio de ambientes cargados de hostilidades diplomáticas, a cuenta del concepto que algunos líderes tienen de la guerra y el cómo conseguir la tan anhelada paz para nuestros pueblos.
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Por otro lado, la economía global continuó su quebrantamiento, lo que obligó a la ciudadanía a mirar otras posibilidades de inversión o trabajo, con el único fin de poder satisfacer sus necesidades básicas y complementarias, de manera tal que se ha fortalecido increíblemente el emprendimiento como pasaporte a una estabilidad económica tanto personal como familiar.
En cuanto a la gente, al menos yo he mirado con estupor como desde ciertos sectores carentes de sensibilidad se pretende seguir ‘facturando’ a costa de promover la miseria humana, la mentira y la deshonestidad, cosa que a mi juicio nos lanza al vacío de la indolencia por la realidad y suerte de nuestros semejantes.
Considero absolutamente necesario que tratemos de rescatar a nuestros niños y jóvenes de las garras de la ‘inapetencia educacional’ la mayoría ya no contempla que es a través de las aulas y el conocimiento, como pueden llegar a tener solidez económica e intelectual, lo cual va en detrimento de carreras vitales para el desarrollo de la nación como la medicina, ingeniería, arquitectura, educación y la ciencia, entre otras, pues al ser una generación que defiende la inmediatez y la ‘no’ complicación, optan por carreras cortas, muchos tan solo por complacer a sus padres, pues se manifiestan convencidos que luego se dedicarán a vivir de las ‘redes sociales’ o el comercio informal, también encontramos a los que ni siquiera asumen la posibilidad de una carrera corta como opción de superación personal.
Todo lo anterior, no hace otra cosa más que invitarnos a replantear la manera cómo venimos llevando las riendas de una época que obviamente resulta complicada al ser la puerta de entrada a la Inteligencia Artificial y que obliga por la consolidación tecnológica actual, a cambiar no el ‘fondo’ sino más bien la ‘forma’ de impartir conocimiento, de generar empleo, de promover la educación y reforzar la economía en el mundo.
Por mi parte este fue un año de retos profesionales y emocionales, pero trato siempre de honrar el compromiso con quienes confían en mis capacidades y en lo personal pues me apalanco en el mejor combustible que puede tener un ser humano que es el amor, practicado desde el respeto por el otro. Dios bendiga a los seres humanos y que 2024 consolide una generación de vencedores.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Getty Images
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