¡Apaguemos los incendios! Ese es el clamor de los colombianos hoy en día, sobre todo, de aquellos que vivimos en Bogotá y Santander, dos de las ciudades que actualmente se ven altamente afectadas por los incendios forestales que consumen los cerros orientales y el páramo.
Hoy, todos queremos que llueva, que el sol baje y permita la labor de los bomberos y cuerpos de socorro en los puntos críticos; hoy ponemos agua en nuestros balcones y calles para animales silvestres que están huyendo de las llamas; hoy hacemos donaciones a los bomberos y nos ponemos «la 10» por llamarlos héroes, pero y en un mes cuando los incendios por la temporada de El Niño se terminen ¿Qué haremos por apagar el incendio?
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Según la Organización Meteorológica Mundial, el 2023, es el año registrado más caluroso de la historia, sumado a esta cifra, expertos aseguran que el aumento de 1.5°C en la temperatura del planeta, tiene un 66% de probabilidad de ocurrir de aquí al 2027, hecho que desencadenaría un sinfin de problemas ambientales y que sería un punto de no retorno en el cambio climático.
Aunque, mi intención acá no es propiamente alarmar y ser pesimista, más bien es de hacer conciencia, y no solo por mí, porque este ejercicio de escribir me ayuda a recordar mis propios compromisos, sino también por aquel que llegue a leer esto y pueda difundir el mensaje.
Más allá de aferrarnos con el cambio climático (que prácticamente es un hecho) más bien deberíamos enfocarnos en acciones que ayuden a que los incendios (y también inundaciones, tormentas, y excesivas bajas temperaturas en invierno) dejen de ser una constante cada año y se reduzcan, o al menos, no crezcan.
Y ustedes dirán ¿Sí, pero yo qué puedo hacer cuando son más lo que contaminan, dañan y afectan al planeta?, la respuesta es que se puede hacer mucho. Así suene a frase de motivación personal, la realidad es que cada pequeña acción que tomamos por conservar el planeta, impacta positivamente en él y no porque la siembra de un árbol mejore la condición del aire de Bogotá, sino porque nuestro cambio hace que más personas se una, y un día, sin esperarlo, ya no seré solo yo o solo tú, sino miles de personas que deciden cuidar este hogar llamado tierra.
Entonces apaguemos los incendios desde ya, reciclemos a conciencia, ahorremos agua y bajemos a duchas de máximo 5 minutos, apaguemos las luces que no se usan, evitemos comprar ropa de marcas que no están comprometidos con su responsabilidad ambiental, evitemos usar flash fashion, y si compramos de eso, al menos evitemos nosotros volverla flash fashion.
En cada elección regional, apostemos por candidatos que sean garantías a esos que llamamos héroes hoy por hoy, pues la realidad es que los bomberos no tienen siempre los recursos suficientes para actuar por falta de presupuesto.
Ayudemos a plantar árboles siempre que podamos, o al menos, no dañemos los que ya existen; evitemos dañar las zonas verdes y comprometamonos a enseñar a las nuevas generaciones a cuidarla.
Evitemos los plásticos de un solo uso, de hecho, esas botellas plásticas de bebidas que se llevan los excursionistas a los cerros orientales o a los páramos cuando hacen turismo por allí y terminan botando, son las que han causado varias de las problemáticas por incendios que se viven en Colombia.
Denunciemos a esos que no tienen miedo de dañar un árbol por dinero, al final, ellos son los encargados de acabar el planeta, porque ojo a este otro dato, el 95% de los incendios del país, presuntamente fueron iniciados por personas, la mayoría inescrupolosas.
Son acciones muy pequeñas a simple vista, pero que con el tiempo se volverán una gran bola de nieve que puede apagar incendios incluso antes de que inicien. Que nuestra preocupación ambiental no se acabe cuando se apague el fuego, que nuestro interés en los bomberos no se extinga con las llamas, más bien que esos dos temas si ardan como arden los cerros, pero con el único fin de que sean los cerros los que nunca más vuelvan a sufrir.
Sé que podemos hacer la diferencia, todavía tenemos un 34% de posibilidades de evitar la subida de temperatura, así que juntos luchemos por ese objetivo.
No solo por nosotros, sino por los frailejones quemados, los animales desplazados, y los miles de humanos que exponen sus vidas para apagar las llamas y que nosotros solo sintamos el humo y no el fuego al lado nuestro. Apaguemos este incendio antes de que inicie, para garantizar una vida feliz.
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Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Freepik
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