En Colombia, más por estos días no de crisis, sino de profundo cambio de pensamiento crítico social es sumamente difícil hablar de política, tomar una posición dentro de este juego y debatir o decidir literalmente que es ser de derecha o de izquierda cuando el colombiano promedio no dedica por lo menos 20 minutos de su tiempo a leer, contextualizar y exponer su opinión con argumentos basados en el desarrollo de la historia y como afectan e intervienen en el desarrollo social y político de nuestro país.
Es sumamente ridículo y vergonzoso saber que el colombiano promedio compara ideologías políticas con quienes dicen ser líderes de las mismas y más grave aún; que el colombiano promedio no se dé por enterado que la ideología no hace al político; es el político quien hace a la ideología y que, con lo anterior, refleja el accionar de un sistema que sin importar si se es de derecha o de izquierda tiene un común denominador: corrupción y pésima administración pública.
Le puede interesar: “Trabajen vagos” y otras frases sin sentido utilizadas para deslegitimar el Paro Nacional
La conceptualización básica histórica originaria de las ideologías de derecha e izquierda se las debemos a la revolución francesa en 1789, como revolución se enfocó en expresar el descontento del pueblo por la ineptitud de su gobernante de ese entonces Luis XVI desafortunadamente para el pueblo, el clero y la nobleza no los escuchaban de tal manera que se formó por parte del pueblo una cámara denominada asamblea nacional.
Sin embargo, nada fue fácil puesto que dentro de la asamblea existían posturas políticas diferentes; quienes tenían posturas conservadoras como: mantener el poder del rey y la democracia se sentaban a la derecha y quienes tenían posturas radicales como: revolución total o no más nobleza se sentaban a la izquierda; al principio, solo era cuestión de asientos y lugares pero con el paso del tiempo se empezaron a utilizar estos términos para hablar de ideologías políticas con la derecha como sinónimo de posturas conservadoras como orden, tradición y la izquierda como sinónimo de ideas más radicales como cambio y revolución.
Como se dijo en el primer párrafo, la ideología no hace al político, es el político quien hace la ideología y por cierto, venden la ideología muy bien; tan bien la venden que sin lugar a dudas son expertos en marketing y benchmarking. En matemática básica, existe un concepto llamado “común denominador”{ el cual habla de un número que es común en dos o más fracciones y esto facilita y altera las operaciones y resultados entre dos o más fracciones, en ese orden de ideas; para llevar un debate sano no debemos mirar los numeradores de las fracciones (izquierda y derecha).
más bien, miremos el común denominador; (corrupción y administración pública) de lo anterior analicemos para generar un debate sano; sabiendo que el común denominador es el que afecta a los numeradores y finalmente la fracción arroja un resultado diferente que no deseamos en nuestro país, pero que lo estamos viviendo día tras día.
Por: Ing. Michael Dueñas
Instagram: @michaelenginner888
Imagen: Miss Política
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.