Vivir una pandemia después de cien años definitivamente es algo nuevo para todos, pues muy pocos pueden contar experiencias propias, sino aquellas que le contaron sus padres; sin embargo, hay quienes vivieron epidemias y conocieron de cerca las causas sociales que ello ocasionó, pero sin duda alguna el cambio del liderazgo de los gerentes o empresarios después de esto hoy no puede ser el mismo.
Por su puesto que es así, pues cuando hablamos de liderazgo nos referimos a las habilidades que tiene un individuo para influir en otros con el fin de que ellos logren sus metas y objetivos con entusiasmo. Metas y objetivos que fueron planificados previamente, luego de programaciones laborales, estudios de mercado y un sinfín de proyectos que cada empresa maneja para cumplir con ellas.
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Justo hace un año el Covid-19 revolucionó todo, paralizó millones de empresas en los grandes países, y por si fuera poco en Bogotá empezó un simulacro para que nos quedáramos confinados en casa un fin de semana, pero no volvimos a nuestros empleos, todo se interrumpió casi cuatro meses.
Los cronogramas y planificaciones se vinieron abajo, todo se canceló, no hubo más nunca la certeza de reprogramar cualquier tipo de evento, literal el liderazgo se vino abajo, porque no sabíamos cómo se podía enfrentar algo así, fue entonces después de la reapertura progresiva y con alternancia, cuando muchos buenos líderes empresariales empezaron a realizar calendarios tentativos.
Pero no es tan fácil como se oye, pues la reactivación hoy por hoy a pesar de que muchos la queremos no todos se atreven a asumirla por completo, ya los aforos no pueden ser los mismo, lo horarios tampoco, y al reducir capacidades, se reducen los ingresos, pero se incrementan los gastos en los nuevos protocolos de bioseguridad.
El liderazgo empieza a tambalear, pero sin caerse deben seguir adelante, planificando y coordinando, conviniendo con todos aquellos actores para que los gastos y ganancias sean compartidas, ya no puede asumirlo uno sólo, toca involucrarse todos para poder seguir adelante.
Hoy los mejores líderes son aquellos quienes tienen seis posibles calendarios en la mesa, los que piensan en que todos los coautores o proveedores deben aportar para los protocolos de bioseguridad y los que entienden que no pueden contar con la misma cantidad de personal, suena difícil pero no imposible.
Es una nueva normalidad que hay que asumir desde todas las trincheras, nadie puede sentirse excluido, explotado, sin ganancias, porque volver a empezar desde cero será una gran bendición para todos.
Por: María Bettina Angulo
Instagram: @mabettina82
Imagen: Gobernación de Risaralda
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