Un jueves como cualquier otro, la ciudad amanece fría, al fin de al cabo en Bogotá. El día pasa normal y algunas gotas de agua caen en la calles capitalinas, pero todo se descontrola cuando de un momento a otro los ríos se desbordan, la ciudad colapsa, pero se ve obligada a seguir su rutina.
En 24 años de vida tengo recuerdo de algunas veces en que Bogotá se inundó, sobre todo los deprimidos, pero lo que pasó el día jueves fue de otro nivel. Momentos así, cuando el agua inunda las casas y comercios, cuando impide caminar en la calle que uno se da cuenta de lo mal preparada que está Bogotá.
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Hay que agradecer a la reacción inmediata de los organismos de emergencia que atendieron todo lo que se presentó en la ciudad, pero más allá de atender situaciones rápidamente, hay que prevenir que dichas cosas sucedan. Para esto tanto ciudadanía como gobierno deben poner de su parte.
La gente se afecta por las inundaciones, es entendíble, pero esas mismas personas son las que tiran la basura porque «le estoy dando trabajo a los del aseo», las que bajan la ventana del carro a botar el empaque del dulce porque les dio pereza llevárselos hasta la casa, los mismos que no separan la basura porque «para qué si todo va al mismo lado». Como ciudadanía, es nuestra responsabilidad mantener las calles limpias para que las alcantirllas no colapsen, y no nos generen problemas.
Aunque también el gobierno distrital debe hacer más campañas de prevención, limpieza de ríos, canalización en sectores donde se sabe que con cada lluvia se inunda. Y no solo depende de limpiar de basura los canales, sino también de arreglar las calles, pues los huecos de las vías también generan encharcamientos peligrosos que ponen en riesgo la vida de los conductores.
Todos debemos aportar para que en la ciudad no tengamos problemas de inundaciones. Bastante grave es el cambio climático que hace que en las épocas de lluvia en un día llueva lo que debe caer en una semana, para que también seamos irresponsables a la hora de prevenir las situaciones generadas por la ola invernal.
Si tiene una basura guardela y depositela en el lugar correcto, si ve que hay alcantirllas que destapar, llame a las entidades correspondientes y haga veheduria al gobierno local para que actúen a tiempo en estos lugares.
Bogotá no puede seguir con el agua hasta el cuello, no puede seguir viendo como sus vías principales se sumergen cada que en la capital llega el invierno. El gobierno distrital tiene que actuar y la gente debe poner de su parte, de lo contrario, deberemos acostumbrarnos a vivir en una Bogotá encharcada e imposible de andar cada que llueva.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Colprensa
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