Venezuela entra en la semana final previo a las elecciones presidenciales que definirán quién ostentará el cargo a partir del 5 de enero del 2025 por un período de 6 años.
Éstas elecciones, de por sí ya bastante polémicas, han estado marcadas por un muy violento discurso y un actuar bastante cuestionable por parte del candidato del gobierno y, actual presidente Nicolás Maduro Moros.
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Empezando con la persecución política contra el principal candidato opositor, el gobierno a usado las instituciones públicas como maquinaria de propaganda proselitista a voluntad, movilizando personal público para sus actos de campaña; otra maniobra política cuestionable ha sido adelantar las fechas electorales a voluntad y conveniencia del gobierno actual, coincidiendo con el natalicio del fallecido presidente Chávez, símbolo que se ha denominado por algunos como “una batalla por la supervivencia”.
El gobierno no tiene números para sostener un mandato adicional, las encuestas han pasado de una leve posibilidad de victoria de la oposición, a una gran victoria en puertas del día de la elección. En contraste a esto ver a los líderes políticos y militares pronunciar discursos amenazantes dan fe de que no están contentos con la posibilidad de que la “Revolución Bolivariana” pueda estar llegando a su fin, y han anunciado de manera explícita que irían a las armas “en defensa del pueblo” contra el nuevo gobierno en caso de una derrota.
No sorprende un discurso tan agresivo por parte de un gobierno que ha violado sistemáticamente los derechos humanos, las libertades personales, que viola las leyes que ellos mismos han promulgado a conveniencia de sus nada transparentes operaciones, hecho que los ha puesto en la mira de la Corte Penal Internacional en una cantidad importante de acusaciones, investigaciones que se han llevado a cabo en todos los niveles de gobierno, desde las altas esferas, hasta las más básicas funciones de la función pública.
El gobierno más polémico de la historia de Venezuela está a días de ver si continúa por la senda de la ilegalidad, o si sale democráticamente, respetando las leyes y los compromisos internacionales pactados, cosa que las últimas semanas ya demostró no tener la más mínima intención de lograr, pues han puesto por encima del bien común sus propios beneficios personales y, salir del poder no está en su carta de intenciones.
A pesar de las actuales negociaciones que hay entre los gobiernos internacionales y Venezuela, Maduro apuesta por la intimidación y la violencia y se está notando, y puede salir muy costoso para el país seguir en un rumbo tan decadente como lo ha hecho los últimos 12 años.
Dios quiera haya una salida pacífica a ésta situación, pues sería muy beneficioso para la región que Venezuela empiece a transitar la senda del desarrollo, la libertad, y el crecimiento económico… No sólo ellos necesitan eso, nosotros conocemos las consecuencias de que un país pierda el rumbo y se atrase.
Paz siempre, y si hay guerra, que sea lo más rápido y menos cruel posible.
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Bloomberg en Línea
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