Como mujer, el aborto siempre ha sido un tema que se me ha mencionado, ya sea para solucionar un problema, o para decirme que era una aberración de la vida matar a un bebé, pero ya es hora de que en la segunda década del siglo XXI empecemos a abordad este tema más allá del bien o el mal.
Para empezar a hablar de aborto es necesario que hablemos de sexualidad, pero cómo hablar de sexualidad en un país en el cual una de cada cinco mujeres ha estado embarazada o ya es madre, esto según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane; pero el problema no son las cifras sino todo lo que hay detrás de ellas, pues lo único que demuestran es que no se habla realmente de sexualidad con los jóvenes y tampoco se les ofrece muchas opciones de planificación.
La sexualidad se inicia en casa, y aunque haya personas que por pena, o por miedo, no lo hablan con sus hijos, es importante que las familias hablen directamente del tema con los adolescentes para que de esta manera ellos no recurran a fuentes poco fiables que lo único que terminan causando es un mal manejo de la vida sexual, que va desde enfermedades hasta embarazos no deseados. Pero si en la casa no hay forma alguna de hablar del tema, el colegio puede ser una buena forma de enseñar responsablemente sobre sexualidad. Infortunadamente hay colegios en que esto no se enseña, o si lo hacen, lo enseñan llenos de tabú.
Todo esto termina siendo un problema para los jóvenes, pues “la carne es débil” y por más la abstinencia es una decisión personal, alcanzarla no es tan sencilla, sobre todo a una edad en que la experimentación y el deseo están a flor de piel; es en este punto donde el haber hablado abiertamente de sexualidad es la solución para que no existan embarazos no deseados.
Un joven que aprendió sobre el cuidado responsable durante las relaciones sexuales es menos propenso a traer una vida sin quererlo, aunque cabe aclarar que incluso así las cosas pueden salir mal, sobre todo cuando los métodos anticonceptivos no son tan sencillos de conseguir; pues en las EPS a veces estos no están disponibles y comprarlos de manera particular puede salir muy costoso, lo mismo que con los condones, los cuales son bastante caros si se pretende comprar uno de buena calidad y marca; pero sabiendo o no de sexualidad responsable, un embarazo puede llegar en el momento menos esperado, pues un bebé llega cuando tiene que llegar, no antes, ni después.
Cuando llegan embarazos no deseados las cosas pueden complicarse, ya sea porque no se cuenta con el apoyo de la familia, del papá del bebé, la situación económica no es la óptima para responder por otra vida, hay muchos proyectos en los que no cabe un bebé, la salud mental de la madre es inestable, el bebé es el resultado de una violación; y muchos otros factores que hacen que las mujeres piensen en solucionar esto a través del aborto.
Y es aquí cuando llega el momento de hablar del aborto a profundidad. en Colombia el aborto está despenalizado en solo tres casos que son, un embarazo por violación, problemas de salud que afecten la vida del feto, o problemas de salud que afecten a la vida y salud mental de la madre. Pero resulta que eso hace que muchas mujeres no puedan catalogarse en ninguna de las razones para abortar legalmente en Colombia y terminen recurriendo a hacerlo de manera ilegal; y según estadísticas este es un problema de salud pública, pues son 400 mil casos de abortos ilegales en el país.
Y estoy segura que esas cifras solo muestran la punta del iceberg, porque hay muchas que optan por esta salida y se quedan calladas por temor a ser juzgadas, pero como escuché un día “somos buenos juzgando, pero no ayudando”; y acá es donde entra tanto debate sobre el aborto en Colombia, como el caso actual de una mujer que abortó a pesar de que su pareja no quería, y ahora él quiere demandarla.
Como dije al principio, el tema va más allá del bien o el mal, solo quiero que sirva para recapacitar las posiciones que cada uno tiene, y también evitar ser jueces de aquellos que no piensan como nosotros.
El aborto es una salida, es cierto, hay mujeres que la consideran una excelente opción y otras que nunca lo harían, pero no se debe juzgar a ninguna de las dos, pues al final ninguno de los que juzgan serán los encargados de criar, o de cuidar cuando se enferme, de pagar la educación, de guiarlo en la vida, eso es solo cuestión de los padres; y eso, porque hay mujeres que deben hacerlo totalmente solas. Tampoco hay que juzgar a las que no lo hacen y prefieren traer una vida al mundo, porque son mujeres que tienen la convicción de hacerlo, y con eso ellas podrán salir adelante sin importar las circunstancias.
El aborto debe abrir un debate real en Colombia, en el cual se piense más allá de si está bien o mal, y se analicen todos los factores que conllevan a una mujer a tomar esta decisión, y a la vez que se hable de esto con los hombres, porque al final el aborto, aunque es una decisión sobre el cuerpo de la mujer, afecta a su entorno y es por eso que el entorno debe aprender a pensar en el tema sin necesidad de llevarlo a la moralidad y solo hacerlo de la manera más racional y sana posible.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
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