El equilibrio o la balanza de poderes es algo característico de las sociedades demócratas. Básicamente es la garantía que tiene la sociedad para que no haya un monopolio en las instituciones que promueven o garantizan dicha democracia. Una balanza perdería su nombre si todo el peso se acomodará en un extremo. Y en Colombia, pareciera que los poderes del Estado tienen un peso a la diestra que no deja que la balanza este en su lugar.
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Los órganos de control del Estado, conformados por Fiscalía, Procuraduría y Defensoría del pueblo están bajo la dirección de algunos personajes cuestionados por su cercanía con el presidente Duque y el partido de Gobierno. Claro, lo más seguro es que los dirigentes de estos cargos estén alineados con algunas políticas de gobierno, sin embargo, se esperaría que esto no afectara la independencia de cada una de las instituciones a la hora de realizar sus funciones.
El caso del fiscal Francisco Barbosa, compañero de universidad y autoproclamado íntimo amigo del presidente Duque. Fue nombrado Fiscal General de la Nación sin tener conocimientos en derecho penal, área básica para ejercer este cargo. Olvidando el viaje que hizo a San Andrés con su familia en época de cuarentena, su trabajo como fiscal ha sido reservado, sobre todo al hablar de casos como la posible financiación y participación de narcotraficantes en las elecciones que llevaron de presidente a Iván Duque, hecho conocido bajo el eufemismo de la ‘ñeñepolítica’. O los asesinatos –sistemáticos- que viven las personas que defienden los derechos humanos en el país. Primer peso a la diestra.
Ahora es el turno de la exministra de Justicia y procuradora elegida para el año siguiente, Margarita Cabello. En 2009 fue postulada por Álvaro Uribe en su terna para Fiscal General, no obstante, no obtuvo la mayoría calificada por su cercanía con Alejandro Ordoñez y con el Gobierno de momento (Uribe), posiblemente esto habría desencadenado en conflicto de interés. A su vez, en 2012, conto con el apoyo de las casas políticas de los Char, los Gerlein y los Name para postularse a la Gobernación del Atlántico, apuesta nula para los pesos pesados de la costa. Y ahora, después de ser ternada por Iván Duque para ser la Procuradora General de la Nación, el Senado, con 83 votos a favor avalo este hecho. Es de recordar que muchos de los senadores que votaron por Cabello están siendo investigados por la Procuraduría. Segundo peso a la diestra.
Carlos Camargo, ternado por Duque a la Defensoría del Pueblo sin experiencia previa en temas de Derechos Humanos. Durante el año 2014 fue elegido magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), y es recordado por presentar la ponencia que cerro la investigación por la supuesta financiación de Odebrecht a la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga. Además de ser el pupilo de Jorge Pretelt, exmagistrado de la Corte Constitucional condenado por corrupción, Camargo cuenta con el apoyo político del grupo Char que en 2017 lo llevo a ser el director de la Federación Nacional de Departamentos. Tercer peso a la diestra.
Para terminar de darse cuenta del desequilibrio de poderes del que somos víctimas los colombianos, hay que darle una ojeada al Senado de la República. 13 partidos políticos suman 108 curules que componen el Senado. El partido con más senadores es el Centro Democrático con 18 políticos (17.92%). Sin embargo, las votaciones y discusiones de las plenarias evidencian que el uribismo trasciende las paredes de su partido.
El Cambio Radical (17.92%), el partido Mira (2.83%), Colombia Justa y Libre (2.83%), el partido de la U (13,21%), el Conservador (12.26%), y, paradójicamente, el Partido Liberal (13.21%) son algunas de las bancadas –no en su totalidad- que jalan la balanza hacia un costado. Estos son solo algunos de los poderes que va sumando la diestra siniestra.
Por: Miguel Cruz
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Imagen: Google images
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