Esta semana el Presidente de la República, dejó un sin sabor a los colombianos al vaticinar un oscuro panorama para el país en 2023.
En días recientes el Ejecutivo Nacional, Gustavo Petro Urrego, declaró que, debido entre otras cosas a una recesión económica mundial, Colombia atravesaría una crisis que incluso afectaría duramente la generación de empleo, y el país entero no habla de otra cosa, más que, de cómo podremos enfrentar tal situación.
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De primera mano ya es impactante que esta negativa proyección venga de boca del mismo Presidente de la República, pues otrora eran los analistas políticos quienes se encargaban de anunciar las ‘nubes negras’ de la economía nacional. Obviamente si la primera autoridad nacional nos da esa noticia, corremos a mirar opciones para sobrevivir a lo que parece ser un año de retos.
Una de las principales preocupaciones que nos dejan estas aseveraciones tienen que ver con los alimentos que ya han tenido un alza superior al 26% este año, e incluso la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) indicó que Colombia fue el país con la mayor carestía de alimentos de toda América Latina durante 2022.
Ante esta situación era de esperarse que gente como usted y como yo nos cuestionemos, sobre la manera en que debemos reaccionar frente a las circunstancias por venir y que, de seguro afectarán a la familia colombiana. A mi juicio es hora de escuchar las voces expertas que desde hace ya algunos años han venido advirtiendo que la mejor forma de ponerle la cara al futuro es enfocarnos en el emprendimiento, pues definitivamente la libertad económica, si es bien proyectada y llevada a la acción, garantiza mejores dividendos, ya que para nadie es un secreto que con un sueldo mínimo no se levanta un hogar, ni se come y mucho menos se alimentan los hijos.
Asimismo, hablamos de empatía porque las clases vulnerables, siempre resultan ser las más afectadas con la depresión económica, por obvias razones, lo cual amerita que todos asumamos el reto de fomentar la cultura de la buena vecindad con nuestros semejantes y aportar desde nuestras trincheras personales, soluciones para los desposeídos, mientras exigimos a los gobernantes honrar su compromiso con la niñez, la juventud, los adultos mayores, empresarios y profesionales.
Llegó la hora de la acción y la reconstrucción JUNTOS PODEMOS. Dios bendiga la economía colombiana y del mundo.
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Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: El comercio Perú
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