“Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio” Mafalda.
En 1964 salió al mundo la historieta de Mafalda, una niña de tan solo cuatro años que sin intención alguna cambió para siempre la historia. Su creador, Joaquín Salvador, la dibujó por casualidad para simplemente hacer publicidad encubierta de algunos electrodomésticos, pero la vida le tenía preparado algo mucho más grande a él y a su personaje.
Quino, como mundialmente se conoció a Joaquín Salvador, imprimió su forma de ver la vida en Mafalda, convirtiéndola a ella en profeta de sus ideales, papel que sigue teniendo aun después de 47 años de haber dejado de publicar sus tiras cómicas. El 30 de septiembre Quino se fue al cielo, a ese cielo del que alguna vez Mafalda habló con su amigo Miguelito, al que solo llega el alma porque “el empaque hay que devolverlo” y todos nos sumimos en una tristeza silenciosa, pero pesada, pues se fue un grande que nos hizo ver el mundo diferente a través de los ojos de una niña pequeña.
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Quino, involuntariamente, convirtió a Mafalda en uno de los símbolos más importantes para Latinoamérica. Según su biografía, la pequeña Mafalda nació el 15 de marzo de 1962, y desde entonces empezó a incomodar a los adultos con sus constantes preguntas y pensamientos sobre temas políticos, sociales, y la vida; amante de The Beatles y enemiga de la Sopa y James Bond, quería ser de grande interprete de lenguas en la ONU para por fin lograr la paz mundial.
Sus padres, amorosos y trabajadores, intentaban que Mafalda comprendiera las cosas, sin embargo, ellos no siempre encontraban cómo responder a las dudas de la pequeña que, con el paso de cada cumpleaños, eran más profundas. Su hermano y sus amigos también eran fuentes de inspiración para las reflexiones de Mafalda, cada uno con puntos de vista tan distintos, pero tan reales que lograban que el lector se sintiera conectado con alguno.
Mafalda siempre ha estado en la mente de todos, Quino hizo tan bien su papel que fue imposible que el paso del tiempo borrara a esta niña, pero solo hay una cosa triste en esa hazaña, y es que, al morir Quino, Mafalda volvió a ser tendencia, y quedó en evidencia como después de cuatro décadas los temas de los cuales Quino escribió siguen siendo la realidad de Latinoamérica, de hecho, del mundo entero.
El feminismo, la lucha de las clases sociales, los conflictos entre potencias, la economía, la educación, entre otros; siguen siendo temas álgidos en todo el mundo, y no quiere decir que algún día dejen de ser ejes fundamentales en la construcción de sociedad, lo que sucede es que el panorama no ha cambiado mundo desde que Mafalda los criticó hasta ahora.
Ir creciendo es ir comprendiendo el pesimismo con el que a veces veía Mafalda la vida, también es entender que el porqué ella sigue vigente y la muerte de Quino nos causa tanto dolor. Una niña que empezó la fama con tan solo cuatro años logró transformar la vida de generaciones completas y lo seguirá haciendo, pues ella siempre será la abanderada de causas justas.
Hoy lloramos la muerte de Quino y la vigencia de Mafalda, pero añoramos algún día vivir en la utopía que alguna vez ambos soñaron. Gracias Quino por transformar al mundo, por mostrarnos las cosas desde una perspectiva amigable y llena de sensatez. Infinitas gracias Quino por haber creado Mafalda, la que llevará por siempre el legado de un grande.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Getty Images
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