El fútbol es un deporte maravilloso, une a millones de personas del mundo, representa himnos, características, corazones y muchas veces ha sido utilizado para interpretar las situaciones que conmueven al mundo.
Sin embargo muchas veces este fantástico deporte ha sido utilizado para encubrir la verdad y hacer creer que todo está bien. En Colombia esto no ha sido la excepción, pues en más de una ocasión los partidos de fútbol fueron transmitidos con el objetivo de construir un ideal de que nada malo está ocurriendo. Un caso que sin duda alguna no tiene olvido para los colombianos, fue aquel partido entre Millonarios y el Unión Magdalena en 1985,mientras el país ardía en llamas con la toma del Palacio de Justicia, y lloraba a los damnificados, heridos y muertos de la tragedia de Armero.
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Y este no ha sido el primer caso nacional en el que el fútbol se ha convertido en una cortina de humo, pues días después del Bogotazo el gobierno de Mariano Opsina autorizó los encuentros deportivos para que los ánimos de odio y violencia entre el pueblo se redujeran.
Colombia supera los 15 días del estallido social producido por la desigualdad, corrupción y ambición de un gobierno con mano violenta, y un corazón de venganza. La gente es asesinada, golpeada y abusada y no se conocen los actores de esto. Sin embargo nuestro presidente presentador y estrella de la farándula no tiene mejor idea que llevar a cabo la Copa América.
Hace pocos días fue vergonzoso ver los partidos de Copa Libertadores en el país, los narradores hablaban mientras el fondo eran disparos y los jugadores paraban por los gases lacrimógenos. Esto es un reflejo de que se intenta cubrir la situación social a través de pan y circo, y eso es lo que se desea hacer con la Copa América.
Esperemos que el presidente sea consciente de lo que está sucediendo y piense primero en el diálogo para la paz, que organizar un torneo que evada la realidad.
Por: Daniela Díaz Álvarez
Instagram: @danielalovecats
Imagen: Marca
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