El home office es un modelo de trabajo que ha existido en diferentes países desde años antes de que surgiera la pandemia, pero a Colombia, este modelo llegó a raíz del covid-19 y aunque muchos creyeron que al momento de retomar la “vida normal” se acabaría, la verdad es que llegó para quedarse y transformar la vida de quienes tienen esta opción.
Con la llegada de esta modalidad de trabajo, el Ministerio de Trabajo se vio en la obligación de generar una reglamentación con el fin de proteger a los colaboradores tanto del sector público y privado que comenzaron a ejercer sus labores desde el hogar, es por esto que se estableció la ley 2088 de 2021, que es la reguladora del teletrabajo, el trabajo en casa y el trabajo remoto. No obstante, más allá de las reglamentaciones activas en el país, hay algo que ha enamorado tanto a empleadores y a empleados que tienen esta modalidad y es la calidad de vida que ofrece.
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Se ha demostrado, que un buen ambiente laboral genera mayor estabilidad en los grupos de trabajo y favorece al mejor rendimiento en las actividades propuestas, beneficiando así al cumplimiento de indicadores empresariales; a esto se le llama “salario emocional” y está muy vinculado a la calidad de vida de los empleados tienen gracias a la organización, por esto, para todas las empresas, el trabajo en casa les ha permitido otorgar a los colaboradores algo que antes del 2019 muy pocos tenían y era tiempo; sí, tiempo.
El ahorrarse aproximadamente 4 horas del día en transporte público, permite a las personas tener mayores espacios de esparcimiento con su familia, les garantiza horas de sueño más justas y además, les da la oportunidad de ahorrar el dinero invertido en movilidad en otras prioridades, siendo estos algunos de los factores que la gente más valora a la hora de hablar de calidad de vida.
Por otro lado, para el colaborador no solo está este ahorro, sino la transformación que su vida tiene, el disponer de su tiempo (aclarando que debe cumplir con el horario establecido por el contrato), tener la oportunidad de compartir más con sus seres queridos y tener mejores finanzas, hacen que el salario emocional recibido se convierta en el principal gancho de éxito laboral y fidelización empresarial.
Con la calidad de vida garantizada del home office, las organizaciones entendieron que el futuro es ahora, que muchas de las actividades que requerían una presencia en oficinas, realmente podían desarrollarse desde cualquier otro lugar sin afectar la productividad, beneficiando así no solo al empleado sino a los gastos empresariales al no tener que asumir gastos como servicios públicos o el arriendo de instalaciones.
Vale la pena recalcar que aquel que disfruta del trabajo en casa pocas veces desea regresar, pues la vida es totalmente diferente, más tranquila, más propia, con mejores oportunidades para cuidar la salud mental, pero OJO, siempre habrá quienes trabajar y vivir en el mismo lugar se les complique, es por esto que cabe la pena recalcar el acompañamiento psicosocial que deben llevar estas personas para evitar problemas como la depresión o la ansiedad.
El home office cambia vidas y lo seguirá haciendo, son cada día más las empresas que entienden la importancia de la calidad de vida de sus empleados y son cada vez más empleados los que aseguran que aunque ganaran más en otros empleos que tuvieran que asistir presencialmente, no renunciarían a la calidad de vida que han obtenido trabajando en casa.
Pues al final, hay cosas que el dinero no puede comprar y una de ellas es sentirse bien y disfrutar de su tiempo en el día sin la pesadez de una metrópoli.
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Por: Paula Andrea Porto Tavera
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Imagen: Freepik
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