En menos de un mes Colombia se ha movilizado en la búsqueda de dos jóvenes de Bogotá reportadas como desaparecidas y que, gracias a Dios, fueron encontradas sanas y salvas sin que algo malo les haya pasado. Ambas terminaron diciendo que se fueron por problemas con la mamá, o por miedo a regaños, y esto me hace pensar en si este es el verdadero problema o hay algo más de fondo.
Antes de empezar quiero aclarar que no se trata de juzgar a nadie, los papás hacen lo que pueden y como lo consideran correcto, así que hacerlos a ellos los únicos responsables no es justo, porque bien dice que todos los papás cometen errores pero tratan de ser lo mejor para sus hijos, ya después de esta aclaración, comencemos.
Que levante la mano quien en su juventud jamás amenazó con irse de la casa, de hecho, actualmente con 24 años a veces sigo haciéndolo, sin embargo, para muchos de nosotros esto solo queda en un berrinche que en dos días terminamos olvidando, pero qué pasa por la mente de aquellos que sí la cumplen.
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Es fácil culpar a los padres y sus “malas” relaciones, pero no será que es culpa de la sociedad… esa sociedad que cada vez ejerce más presión en los jóvenes y en las familias al punto que los obligan a huir de sus realidades, esa sociedad que nos ha enseñado que “la letra con sangre entra” y que hace que sea normal que en los hogares no se solucionen los problemas dialogando sino gritando y pegando.
Ambas huyeron por cansancio y miedo hacia sus familia, una de ellas hacia donde su abuela y otra, hacia donde un señor que conoció en redes sociales, orilladas a volver estas “pataletas” de irse de la casa una realidad. En los momentos en que aparecieron muchos en redes sociales dijeron “eso se van porque no aguantan nada” “es que como ahora no se les puede pegar, a mí me pegaron y acá estoy” “eso es ganas de llamar la atención”; muchos de estos comentarios desconocían la vida de cada una y se creían con la capacidad de juzgar estos actos como simple rebeldía.
Sin embargo la rebeldía no debe ser excusa para que las personas crean que es normal la violencia, siendo esta la causa que genera actos como los de irse de la casa. La sociedad es la verdadera culpable de que día a día miles de personas prefieran huir porque no soportan más, y con esto no desconozco los casos de desapariciones forzosas a raíz de engaños o secuestros, pero sí hago un llamado a la consciencia de todos para entender que muchas veces las jóvenes que aparecen vivas y huyendo no lo hacen porque sí, sino que hay un trasfondo social que nos involucra a todos.
Es importante empezar a comprender que entre familias debemos dejar de ejercernos presión por hacer algo o no, sumado a eso debemos generar empatia entre los miembros del hogar para escucharnos y entendernos. Asimismo normalicemos buscar ayuda psicológica cuando sea necesario con tal de que nos escuchen y dejemos de ser ollas a presión listas a explotar a la primera oportunidad que se presente.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Pulzo
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