Se proyectó hace pocas décadas lo que la internet sería capaz de lograr, lo que algunos vieron como una distante posibilidad de un mundo interconectado resultó en el catalizador de avances tecnológicos modernos con una capacidad de resiliencia tan increíble como inimaginable…
Hoy en día, cualquier cosa que se desee consultar está a la mano, literal, hasta los celulares hoy en día integran la capacidad de meterse en la internet para navegar a velocidades que, si bien hoy son comunes, hace 10 años no se pensaban posibles aún…
Con una interconectividad tan grandiosa, comunidades empezaron a formarse, a virtualizarse a través de la red, las noticias para también estar actualizados comenzaban a difuminarse también de manera inmediata, aumentando la velocidad con la que las personas podían enterarse y emitir opiniones al respecto.
Pero algo pasó, y sorprendentemente pareciera que se consolidó un pequeño revés para tan imparable avance de la internet: La personalidad de las personas también se logró trasladar a la internet sin filtros ni escrúpulos.
Detenidamente, se puede notar en muchas de las opiniones, que no hay un filtro entre lo que el usuario piensa y lo que escribe, entre la situación de una noticia y su posición frente a ella, además de los ya cotidianos fuertes cruces de palabras que hay en la sección de opiniones y comentarios, se ha notado cómo una falta de pudor, ética y decencia se ha apoderado de un sector importante de las redes sociales que hoy son el día a día de muchas personas.
Aunado a esto, muchas de las personas se han hecho escuchar y han protestado y solicitado a las plataformas responsables de la manutención de dichas counidades que por favor le den un alto, establezcan normas, y permitan la expulsión de aquellos usuarios “indeseables” o demasiado extremistas para el interés común de la comunidad.
A pesar de todas las contramedidas que las plataformas han estado implementando los últimos años, no es posible concebir que los usuarios, especialmente los adolescentes y adultos jóvenes que son los más propensos a dejarse llevar por las emociones y las hormonas, sigan profiriendo opiniones realmente hirientes e insolentes ante situaciones delicadas que pUeden de por sí ya pueden ser polémicas, pero en vez de aportar soluciones, echan leña al fuego.
“Qué bonita es la ignorancia para el ignorante” dijo alguien por ahí hace un tiempo, ahora que lo pienso, es una buena frase para muchas de las cosas que pasan actualmente dentro y fuera de la Red… Pero tú,¿Qué opinas?.
Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Times of India
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