¿Cuántos hemos sido juzgados por nuestras familias? La verdad no creo que haya alguien en el mundo que no le haya pasado. Todos tenemos alguna historia familiar que nos “avergüenza”, sin embargo, lo que hace la familia jamás se niega, pues la verdad siempre sale a la luz y es mejor que salga por boca propia.
Hace unos días se conoció que la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez, tiene un hermano que fue detenido en Estados Unidos por tráfico de heroína y por quien ella pagó una fianza hace 23 años. Ante esta situación ella dijo que eso es una “tragedia familiar” y que no debe ser juzgada por eso, además pasó hace tantos años que ya no debería pesar en su vida profesional.
Yo no digo que tener un familiar involucrado con drogas no sea una tragedia familiar, y también estoy de acuerdo en que uno no puede ser juzgado por los actos de otros, sin importar si es familia, pero el problema acá no es ese, sino la mentira y el discurso tan hipócrita de la vicepresidenta ante el pueblo colombiano. La vicepresidenta jamás habría revelado dicha información si no hubiera sido por el artículo de La Nueva Verdad en el cual salió publicado el escándalo, y habría seguido campante diciendo que el narcotráfico, en todos sus escenarios, debe ser castigado con mano dura.
Yo creo que ella le debe a Colombia su carrera, pues literalmente es una servidora pública del país y somos nosotros los que le permitimos ocupar diferentes cargos, ya sea directa o indirectamente; y el hecho de habernos mentido durante 23 años demuestra la hipocresía que hay en el Gobierno frente las problemáticas sociales, ya que si esa historia fuera la de alguien común y corriente, las puertas se le habrían cerrado sin siquiera darle el beneficio de defenderse, pero cómo es miembro de las familias poderosas de Colombia, para ella ocultar semejante cosa es válido.
Así como a todos nos han hecho visitas en la casa y nos han estudiado de punta a punta hasta descubrir cualquier secreto que tengamos en la vida, y nos han impedido acceder a empleos por posibles “errores” de alguno de nuestros familiares, debería ser lo mismo para alguien que representa al país, y más cuando el país es uno de los abanderados en la lucha contra el narcotráfico durante más de 20 años. Tal vez muchos dirán “pero le dijo a Pastrana y a Uribe en su momento” y sí, que bien que haya sido sincera, pero ella no debió ser sincera solo con quien le convenía sino con el país que tiene miles de personas que la han apoyado durante tanto tiempo, además le debió decir a Duque, aquel que de una u otra forma le permitió cumplir el papel más importante de su carrera, la vicepresidencia.
Ese discurso de mano dura hacia las personas que por x o y motivo han caído en las redes del narcotráfico debería acabarse, al menos en la boca de Martha Lucia Ramírez, porque ella más que nadie sabe que son errores que pueden surgir en la vida de cualquiera, por ejemplo, en la vida de un hermano muy querido.
Exijamos al Gobierno que las reglas sean las mismas para todos, que no importe el dinero al momento de impartir Justicia, pues de esa manera seguiremos evitando que Colombia viva engañada por sus mandatarios y dejen de escudarse en “tragedias familiares” que realmente no llegan a ser ni de cerca tan dolorosas como las que han vivido miles de colombianos que han sido verdaderas víctimas del narcotráfico.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Colprensa
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