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Las muertes que valen oro

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MUERTE

El país está indignado. El vergonzoso, y atroz, delito que cometió Jhonier Leal tiene la atención de los oídos, voces, y ojos de colombianos que no se despegan de cada actualización sobre el caso. El seguimiento de esta noticia está lleno de espectadores ansiosos por mostrar su odio, rechazo, críticas, pero sobre todo sus ansías por el morbo que causa este crimen que se ha viralizado.

En medio de un territorio que ha sufrido violaciones de derechos humanos, masacres, atentados, asesinatos de lideres sociales, conflicto armado, pobreza y desnutrición extrema, entre otros, a primera vista resulta sorprendente que la gente se compadezca de un par de muertos. Sin embargo, no es el asesinato lo que impresiona a los lectores de la era digital, sino el hecho de que el criminal eligiera a Mauricio Leal, su hermano y a Marleny Hernández, su madre, a su propia sangre, como el precio a pagar a cambio de un poco de plata.

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Resulta tan increíble que hasta el doctor Rodrigo Córdoba, directivo de la Asociación Mundial de Psiquiatría, le busca un diagnóstico que expliqué cómo tuvo la sangre fría de irse en contra de los suyos. Su valoración médica de acuerdo con algunos especialistas: un sociópata, cínico y antisocial . Protagonista de un crimen doble que se detuvo a pensar por cuatro meses llevó a cabo en seis horas, y ocultó por dos meses.

Ahora bien, Leal no es el primer asesino en Colombia, ni el primer hombre con traumas familiares sin sanar, pero sí un personaje “curioso”. El 18 de enero de 2022, un día después de negar todos los cargos en su contra, tuvo la cara para retractarse, pedirle perdón a su familia, a sus hijos, a las víctimas y a Colombia.

Esta tragedia familiar ha llamado la atención de la mayoría, y se ha vuelto un circo para las redes sociales, en el que los medios de comunicación corren para sacar un nuevo dato sobre la persona vulnerable, traumatizada e incomprendida que se esconde detrás del homicida o por el contrario, el desequilibrado que sabía todo lo que hacía con puntos y detalles.

El ser humano no termina de comprender que a veces las explicaciones no son tan profundas como las espera, que algo puede pasar solo porque somos narcisistas enfocados en nuestros intereses por encima del bienestar del otro. Naturalmente el hombre busca la supervivencia, como sea. Asesinar, palabra que gritamos cuando es un ciudadano y que callamos cuando involucra al poder. Colombia se ha indignado esta semana, a diferencia de miles de asesinatos que se han mantenido en la cortina de humo, pero, ¿cómo será el paso de la indignación a la acción?

Por: Valentina Salcedo
Instagram: @valesab14
Imagen: Impacto News
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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