Series, videos, noticias, el trabajo, el día a día… son tantas cosas que vemos, oímos y sentimos a diario que simplemente no podríamos enumerarlas exitosamente sin antes perderse en algún punto, algún instante, algo que pasa por ahí desapercibido y no es detectable por su increíble simplicidad y el hecho de que simplemente es tan natural, que solo su ausencia nos hace sentir extraños.
A diario podemos llegara a interactuar con una variada cantidad de personas distintas, diferentes, unas más lejanas, unas más cercanas, otras más cotidianas, y otras más lejanas cuyos saludos recibimos una vez cada tanto, pero en fin, un mundo de historias, responsabilidades y afectos distintos en cada uno, que nos hacen sentir de tantas maneras…
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Pero, ¿Cuántas veces se ha encontrado uno en situaciones en la que el día se siente extraño?, como si algo faltara, ese ingrediente mágico que hace que tu día o tu semana sea tan activo. Cuando eso que parecía tan cotidiano no aparece, y te preguntas «¿Qué pasa?», tomas el celular para colocar esa música que puede animarte pero sigues desconectado, no hay ánimos, nada…
Y salta esa luz de esa respuesta que buscabas: Esa persona especial que tanto te alegra el alma no se ha reportado, otra vez se ha desaparecido. Le escribes, quieres hacer presencia y reportar que estás ahí, como siempre, atenta a que aparezca, que como siempre en los años que ha durado esa amistad, has estado ahí, dispuesto a escucharlo, incondicionalmente, para estar con esa persona siempre lista para compartir los éxitos, las desventuras, las locuras del día a día, los secretos que sólo entre ustedes se cuentan como los más fieles compañeros de vida.
Y te das cuenta, que en quién sabe qué difícil batalla de las que lucha a diario, valiente, feroz e incansable ese amigo ha encontrado en ti un rayito de luz, de esperanza y de vida, un respiro, una razón para seguir adelante y continuar. Te contesta el mensaje de lo más emocionado, con ganas de hablar y saber de ti, de contarte lo que ha sucedido, y con ganas de reunirse para compartir más momentos juntos…
Tus ojos al ver ese mensaje de esa persona especial se alegran, se sienten aliviados, te sientes aliviada y más animada, comparten y sigues tu día esperando encontrarte con esa persona pronto… Llegas al trabajo y te dicen lo positiva que te ves, ese buen ánimo tuyo no pasa desapercibido, pues tus ojos no pueden ignorar, ni fingir ignorar que has recibido en el alma un fuego, una chispa que ahora por dentro, de alguna manera, te anima a seguir adelante…
Por esa persona especial que todos tenemos, hagamos un brindis, porque sin ellos la vida sería más difícil de sobrellevar. ¡Salud!
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Matador Network
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